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¿Hay justicia en la tierra? ¿Vivimos en un mundo justo? El hombre creó un “sistema” de justicia: con leyes, abogados, jueces, fiscales, y diferentes procesos que permiten revisar las sentencias para que se ajusten a derecho. Pero, ¿podemos decir que eso es verdaderamente justicia? La realidad es que los “sistemas de justicia” creados por los hombres, son el mejor intento que pudieron lograr los distintos países para acercarse a una idea de justicia, “la justicia humana”. Pero la única justicia que no tiene fallas y su veredicto es para siempre, es la justicia divina.
La justicia, es una de las expresiones de la personalidad de Dios. Es parte de su esencia. Así como Dios es amor y ese amor es un componente esencial de su persona, también es justo. Esto quiere decir por definición, que no hay lugar alguno para la injusticia en su persona. Si vivimos en un mundo injusto no es responsabilidad de Dios sino de los hombres, nosotros (vos y yo) y de las decisiones que tomamos a diario.
Dios está sentado en su trono, todo está bajo su control. Nada de lo que el hombre haga puede llegar a sorprenderlo. El conoce el destino de cada uno de nosotros y todas nuestras obras están escritas en su libro. Satanás, el acusador, se presenta a diario en el tribunal celestial con causas en contra de la humanidad, con causas pendientes en nuestra contra. Pero a la derecha de Dios está sentado el mejor abogado del universo, que jamás ha perdido un juicio. Él es quien pelea nuestras batallas. Su nombre es Jesús, y él defiende nuestras causas.

“Entonces, ¿quién nos condenará? Nadie, porque Cristo Jesús murió por nosotros y resucitó por nosotros, y está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios, e intercede por nosotros.” (Romanos 8:34) NTV

Como consecuencia de su gran amor, de su eterna misericordia, Dios te hará justicia.

Dios se ha revelado al mundo, dando a conocer su perfecta voluntad a los hombres a través de su palabra, la Biblia. Allí nos enseña sus promesas, sus principios eternos y su manera de obrar. Allí podemos ver las consecuencias de los diferentes caminos que el hombre ha tomado a lo largo de los siglos. Consecuencias de bendición y consecuencias de maldición.
Dios también reveló su justicia a la humanidad, a través del sacrificio de su hijo por nosotros en la cruz del calvario. Jesús pagó el precio de nuestro pecado para darnos libertad, salvación y vida eterna. La sangre de su hijo nos libró de todos nuestros adversarios. El poder del pecado y de la muerte fue vencido en un sólo día para siempre.

“Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16) NTV

Dios ama a la humanidad, El te ama. El tiene a tu persona en alta estima. Tu nombre está anotado en su libro de la vida, sin faltar ningún detalle. El es quien te hace justicia sobre todos tus adversarios. La sangre de Cristo cubre toda causa en nuestra contra. Esa es la justicia divina, que siendo pecadores podemos acceder a su trono de gracia, de justicia y misericordia por medio de la fe en Cristo Jesús.

“Por lo tanto, ya que fuimos hechos justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros. Debido a nuestra fe, Cristo nos hizo entrar en este lugar de privilegio inmerecido en el cual ahora permanecemos, y esperamos con confianza y alegría participar de la gloria de Dios.” (Romanos 5:1-2) NTV

  1. NOS HIZO LIBRES DE TODA ESCLAVITUD: Nunca más llevaras cadenas que aprisionen tu vida.
  2. PERDONÓ TODOS NUESTROS PECADOS: delante de sus ojos, es como si nunca hubiéramos pecado.
  3. NOS BENDICE EN TODAS LA ÁREAS: Bendice nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestro espíritu. Nuestros sueños, nuestros planes, nuestros proyectos. Somos benditos en nuestro entrar y nuestro salir.
  4. NOS HACE ESTAR FIRMES EN MEDIO DE LAS CRISIS: Estamos plantados en la roca que es Cristo. En medio de la tempestad, nuestra vida permanece firme, nada logrará voltearnos. Él está a nuestro lado en todo momento. Nunca estamos solos.
  5. SU JUSTICIA DIVINA NOS PERMITE ENTRAR EN SU PRESENCIA: Tenemos comunión con Dios gracias a su justicia divina, gracias al sacrificio de Cristo por nosotros, gracias a su eterno amor.
  6. SU JUSTICIA NOS RESUCITA Y NOS DA VIDA ETERNA: Cuando conocemos a Cristo somos hechos una nueva criatura. Nuestro espíritu es regenerado. La muerte no tiene poder sobre nuestro destino en la eternidad. Fuimos comprados por la sangre de Cristo, le pertenecemos a Dios para siempre.

Quiero orar por tu vida. Vamos a colocar todas nuestras causas delante de Dios para que El nos haga justicia. Repite conmigo esta oración:

Padre amado, yo recibo este regalo del cielo: la gracia, la justificación, el amor y la salvación.
Señor yo te presento toda causa de injusticia delante del trono de la gloria, porque tu palabra dice en el Salmo 55:32:
Entrégale tus cargas al Señor, y él cuidará de ti; no permitirá que los justos tropiecen y caigan.”
Yo pongo todas mis causas en tus manos. Desde el momento en que nací, hasta este momento. Para que la sangre de Cristo me cubra y me libre de toda maldad. Y presento delante de ti a todos mis adversarios. A todos aquellos que se levantaron en mi contra, para difamarme, para maldecirme y para traer destrucción. Cancelo esas obras de maldad en mi contra en el nombre de Jesús. Declaro que ninguna condenación hay para los hijos de Dios. Declaro que todos mis enemigos son vencidos y mi causa delante de tu trono recibe justicia celestial.
Amén y amén.
¡Dios te Bendiga!
Pr. Omar Olier

 

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