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8 BENDICIONES DEL SERMÓN DE LA MONTAÑA (Mateo 5:1-12)

Las noticias acerca de Jesús recorrían el mundo antiguo. Las multitudes lo seguían, venían de lejos para ser sanados de sus dolencias y enfermedades. Uno de esos días, Jesús sube una montaña, y se sienta para enseñar a sus discípulos. Es lo que se conoce como “El Sermón del Monte”, o “El Sermón de las Bienaventuranzas”. Jesús sabía que no todos los que lo seguían tenían un interés genuino por las cosas de Dios. Algunos lo buscaban solamente para recibir el milagro y luego continuar con sus vidas. Otros estaban simplemente por “los panes y los peces”. Es en este contexto que Jesús sube al monte para enseñar acerca de las bendiciones de ser hijo de Dios, el carácter y ADN espiritual que lleva el cristiano, la cultura de reino, el propósito de vida de los hijos de Dios y el precio a pagar por seguirlo.

“Dios bendice a los que son pobres en espíritu y se dan cuenta de la necesidad que tienen de él, porque el reino del cielo les pertenece.”

  1. Los pobres en espíritu: No habla de escasez de recursos, ni de mendigos espirituales. Se refiere a la persona que habiendo conocido a Dios, reconoce su necesidad y dependencia de Él. Ésta es la bendición de la salvación para todos aquellos que hemos nacido del espíritu y por lo tanto nos hemos convertido en hijos de Dios.

“Dios bendice a los que lloran, porque serán consolados.”

2. Los que lloran: Aquí Jesús enseña sobre el poder de las lagrimas. No cualquier llanto tiene poder, sino aquel que logra conmover el trono del Señor. Aquí vemos el carácter consolador de nuestro Padre celestial, que conoce cada una de las situaciones que atravesamos en la vida. El Salmo 56:8 dice “ Tú llevas la cuenta de todas mis angustias y has juntado todas mis lágrimas en tu frasco; has registrado cada una de ellas en tu libro.” NTV

“Dios bendice a los que son humildes, porque heredarán toda la tierra.”

3. Los humildes: Esta bendición está dirigida aquellos que han sido templados en su carácter por el espíritu de Dios. Personas que han vencido las pasiones carnales, sus corazones han sido probados en el fuego y han salido victoriosos.

“Dios bendice a los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.”

4. Los que tienen hambre y sed de justicia: Son aquellos que tienen su confianza puesta en Dios. Jamás serán defraudados. El Salmo 55:22 dice, “ Entrégale tus cargas al Señor, y él cuidará de ti; no permitirá que los justos tropiecen y caigan” NTV

“Dios bendice a los compasivos, porque serán tratados con compasión.”

5. Los compasivos: Son las personas que tienen un corazón como el de Dios. La historia del “Buen Samaritano” que encontramos en el libro de (Lucas 10:30-37) es un buen ejemplo de alguien que es movido a tener compasión y misericordia del necesitado. Los compasivos son los que no siguen de largo ante el dolor, se detienen ante la necesidad ajena y traen bendición allí donde hay sufrimiento y dolor. Ése es el llamado que tenemos los hijos de Dios, a ser sal y luz en esta tierra, a sanar los corazones quebrantados y a traer libertad a los cautivos.

“Dios bendice a los que tienen corazón puro, porque ellos verán a Dios.”

6. Los de corazón puro: Son aquellos que están en el mundo, pero eligen no contaminarse con la suciedad de este mundo. Auténticos faros de luz en un mundo de oscuridad. Agentes de cambio que brillan mostrando el camino seguro a seguir.

“Dios bendice a los que procuran la paz, porque serán llamados hijos de Dios.”

7. Los que procuran la paz: También llamados, pacificadores. Son aquellos que tienen el ministerio de la “reconciliación”. Como hijos de Dios, están preocupados por reconciliar al hombre, a la ciudad y a su nación con Dios. Los pacificadores, son aquellos que tienen los pies en el barro, pero la mirada puesta en el cielo. Su interés principal es traer el cielo a la tierra, para que la justicia, la paz y el gozo de Dios sea una realidad palpable en la vida cotidiana.

“Dios bendice a los que son perseguidos por hacer lo correcto, porque el reino del cielo les pertenece. Dios los bendice a ustedes cuando la gente les hace burla y los persigue y miente acerca de ustedes y dice toda clase de cosas malas en su contra porque son mis seguidores.”

8. Los que padecen persecución: En esta última bendición del Sermón de la montaña, Jesús les enseña a sus discípulos acerca de lo que iba a venir. Todos ellos padecerían persecución por causa de Jesús. Les estaba explicando que había un precio que iban a pagar por hacer lo correcto, por hacer la buena voluntad de Dios, por ser sus discípulos, y los anima a no poner su mirada en las recompensas temporarias terrenales, sino en las eternas que les espera en el cielo.