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Jesús tenía poder y autoridad para atar y desatar en los cielos y en la tierra. La Biblia relata en el libro de (Lucas 13:10-17) un milagro que Jesús realiza en el día de reposo. Por 18 largos años una mujer había sido atormentada por un espíritu de enfermedad que la había dejado jorobada, y en todo ese tiempo ningún sacerdote de la sinagoga oró por su liberación y sanidad.

“Un sábado Jesús se había puesto a enseñar en una sinagoga; y había allí una mujer que estaba enferma desde hacía dieciocho años. Un espíritu maligno la había dejado jorobada, y no podía enderezarse para nada. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: —Mujer, ya estás libre de tu enfermedad. Entonces puso las manos sobre ella, y al momento la mujer se enderezó y comenzó a alabar a Dios.” (Lucas 13:10-13) DHH

Ninguna enfermedad viene de Dios. La mujer estaba siendo atormentada por un espíritu de enfermedad. Si prestamos atención al relato del libro de Lucas, dice que Jesús primero liberó a la mujer, y luego como consecuencia de esa liberación la mujer fue sana. El libro de Proverbios dice:

“Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, Así la maldición nunca vendrá sin causa.” (Proverbios 26:2) RVR

Cuando un cristiano camina en obediencia, su vida recibe la bendición de Dios. Por el contrario, cuando elige andar por caminos de desobediencia abre en su interior puertas que dan lugar a maldiciones. Seguramente había alguna puerta abierta en el interior de la mujer, pero cuando Jesús la vio se apiadó de ella. El dolor, la vergüenza y la humillación que le tomó 18 años construir al enemigo, Jesús en un instante lo deshizo. La consecuencia inmediata fue la sanidad física. La mujer se enderezó y daba gloria a Dios por el milagro que había recibido.
Hoy en día el mundo lleva pesadas cargas sobre sus hombros. Algunos están visiblemente doblados como ésta mujer, otros llevan la joroba dentro de su corazón. ¡La buena noticia es que Jesús vino a deshacer las obras del infierno! Aquello que al enemigo le tomó 18 años construir contra de tu vida, Jesús lo deshace en un instante.
El mismo poder que Jesús tenía para atar y desatar en los cielos y en la tierra, está hoy sobre la iglesia. Cada creyente, cada hermano que camina en autoridad lleno del Espíritu Santo tiene poder y autoridad para deshacer las obras del enemigo.

“ De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.” (Mateo 18:18) RVR 1960

Querido hermano, amada iglesia, usted tiene poder para atar y desatar conforme a la voluntad de Dios sobre la tierra. Él nos dio poder para hacer su buena voluntad, agradable y perfecta. Todos los días son una oportunidad para mostrar el amor de Dios. Ejerza la autoridad que Dios le dio para atar y desatar. ¡Sane enfermos, libere a los cautivos, anuncie las buenas nuevas! El poder de Dios está en ustedes.

“ Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.» Amén” (Mateo 28:19-20) RVC