EL DIOS DE LA ABUNDANCIA – La pesca milagrosa
Nuestro Dios es Dios de abundancia, en Él no hay escasez ni miseria. Dios es el creador de todas las cosas, por lo tanto es dueño de todo lo que existe, tanto en el mundo visible como en lo invisible. No acepte ningún pensamiento acerca de Dios que se identifique con la insuficiencia.
“Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros.” (Efesios 3:20) NTV
A veces nuestra mente nos juega una mala pasada. Limitamos a Dios conforme a nuestra capacidad intelectual, a nuestras experiencias del pasado. Reducimos a Dios al tamaño de nuestras capacidades humanas. Pero Dios está mas allá de la lógica y la razón. Él está por encima de tus malas experiencias del pasado. A Dios no se lo puede confinar en un conjunto de reglas humanas. Él es el creador de todo lo existente, tanto lo visible como lo invisible. Lo que no es, y lo que no era, por medio de su palabra comienza a existir.
El libro de Lucas capitulo 5 nos cuenta la historia de la pesca milagrosa. Los discípulos habían estado toda la noche tratando de pescar, pero no consiguieron nada. Había sido una madrugada frustrante en la que a pesar de todos los esfuerzos realizados no pescaron nada. Jesús sabía esto, y quiso que sus discípulos experimenten en primera persona el milagro sobrenatural de la abundancia sin límites.
“ Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón:—Ahora ve a las aguas más profundas y echa tus redes para pescar. —Maestro —respondió Simón—, hemos trabajado mucho durante toda la noche y no hemos pescado nada; pero si tú lo dices, echaré las redes nuevamente.” (Lucas 5:4-5) NTV
Cuando usted se acerque a Dios en oración reconozca primero con quien está hablando, y pídale que abra las ventanas de los cielos para que lo bendiga hasta que sobre y abunde. Su oración debe ser grande conforme al Dios que usted tiene. No cometa el error de orar conforme a su situación circunstancial, humana y limitada. Ore conforme al Dios que usted tiene, Jehová Jireh “mi proveedor”.
“Y esta vez las redes se llenaron de tantos peces ¡que comenzaron a romperse! Un grito de auxilio atrajo a los compañeros de la otra barca, y pronto las dos barcas estaban llenas de peces y a punto de hundirse.” (Lucas 5:6) NTV
¿Está usted esperando un milagro? Para recibir la abundancia que Dios tiene preparada para su vida, primeramente tiene que asegurarse que sus redes estén listas para recibir la bendición. Examine cuidadosamente sus redes (su alma) y prepárese para recibir el milagro. Quite toda basura que esté contaminando su vida y repare lo que está dañado. No permita que nada ni nadie le robe la bendición sobrenatural que Dios tiene preparada para usted.
El milagro de Dios no está en la orilla, está mar adentro. Sumérjase en las profundidades de Dios. Bogue mar adentro, su milagro lo está esperando. En el mismo lugar donde usted no pudo recoger fruto, ahora por medio de la palabra creativa de Dios usted podrá experimentar la abundancia. Aún cuando nosotros no entendamos cómo funcionan exactamente las cosas de Dios, nuestra responsabilidad como hijos es creer y obedecer en fe a su Palabra. Reprenda todo pensamiento negativo de su mente.
“Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.” (Lucas 5:8) RVR
Lo sobrenatural de Dios nos hace entender cuán pequeños somos. Pedro había experimentado en carne propia el poder y la autoridad de Dios para crear todo de la nada. Los peces estaban esperando la orden de Jesús para meterse dentro de la red de Pedro. Así mismo ocurrirá con su vida. Si te animas a obedecer la voz de Dios, y confías en su Palabra, experimentarás al igual que Pedro el milagro de la abundancia.
“Sus compañeros, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, también estaban asombrados. Jesús respondió a Simón:—¡No tengas miedo! ¡De ahora en adelante, pescarás personas! Y, en cuanto llegaron a tierra firme, dejaron todo y siguieron a Jesús.” (Lucas 5:10-11) NTV
Pedro y sus amigos estaban consternados. Habían experimentado en carne propia el poder y la autoridad Dios. Después de ese milagro, ya nada sería igual. No tenía sentido continuar con las viejas costumbres y rutinas de un simple pescador. Ahora Pedro y sus amigos comenzarían a vivir una nueva vida en Cristo. Pedro y sus amigos se convertirían en pescadores de almas.
Querido hermano, amada iglesia, Dios quiere bendecirnos mucho más abundantemente de lo que creemos o imaginamos. Prepare sus redes, límpielas, y bogue mar adentro. No importa cuantas veces lo haya intentado sin conseguir el resultado esperado. Cuando Dios da la orden, lo que no es comienza a ser.
“Amado, mi oración es que seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma.” (3 Juan 1:2) RVA 2015