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ROMPIENDO MALDICIONES

“Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, Así la maldición nunca vendrá sin causa.” (Proverbios 26:2) RVR 1960

Todos los domingos en nuestros servicios de la mañana, tarde y noche, oramos por sanidad, milagros y liberación. El mismo Dios que hacía milagros, que sanaba a los enfermos, que liberaba a los cautivos, esta vivo y sigue obrando hoy. Jesús es quien venció al pecado, al mundo y llevó cautiva a la cautividad. El se hizo maldición por nosotros al ser crucificado en la cruz del calvario, y venció a la muerte para que nosotros tengamos bendición y vida eterna.

“Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición dictada en la ley. Cuando fue colgado en la cruz, cargó sobre sí la maldición de nuestras fechorías. Pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero».” (Gálatas 3:13) NTV

Es importante conocer la causa de la maldición, ya que cuando conocemos la fuente podemos tomar la decisión consciente de cancelarla, destruirla y revertirla. Pero es aún más importante saber que en Cristo somos nueva criatura, hemos nacido de nuevo, somos hijos de Dios y herederos de toda bendición, por lo tanto la maldición no tiene autoridad sobre nuestras vidas (Romanos 8:17).

5 PASOS PARA ROMPER UNA MALDICIÓN:

1. LA BENDICIÓN: La bendición de Dios rompe toda maldición. Por medio de Cristo somos bendecidos, por su justicia somos justos, de manera que ninguna condenación hay para los que estamos en Cristo Jesús.

“ Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (2 Corintios 5:21) RVR 1960

2. LA ESPADA DEL ESPÍRITU: La Biblia es la palabra de Dios. Cuando usted la abre, y declara sus promesas, creyéndolas en fe, aplicándolas en su vida personal, el poder sobrenatural de Dios se libera y toda maldición es cortada.

“Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos.” (Hebreos 4:12) NTV

3. EL NOMBRE DE JESÚS: Hay poder sobrenatural, extraordinario y sin límites en el nombre de Jesús.
“Les digo la verdad, todo el que crea en mí hará las mismas obras que yo he hecho y aún mayores, porque voy a estar con el Padre. Pueden pedir cualquier cosa en mi nombre, y yo la haré, para que el Hijo le dé gloria al Padre”. (Juan 14:12-13) NTV
“Por lo tanto, Dios lo elevó al lugar de máximo honor y le dio el nombre que está por encima de todos los demás nombres para que, ante el nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua declare que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre”. (Filipenses 2:9-11) NTV
“Cuando los setenta y dos discípulos regresaron, le informaron llenos de alegría: —¡Señor, hasta los demonios nos obedecen cuando usamos tu nombre! —Sí —les dijo—. Vi a Satanás caer del cielo como un rayo. Miren, les he dado autoridad sobre todos los poderes del enemigo; pueden caminar entre serpientes y escorpiones y aplastarlos. Nada les hará daño.” (Lucas 10:17-19) NTV
4. LA UNCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO: La unción es el respaldo del cielo sobre la vida de un cristiano a través del Espíritu Santo. Si usted siente que hay un área en particular en su vida sobre la que todavía no ha ganado autoridad, pida ayuda a los lideres de la iglesia para que oren por usted. La presencia de Dios rompe todo yugo de maldición.

“Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción.” (Isaías 10:27) RVR 1960

5. ACTOS PROFÉTICOS: Los actos proféticos son acciones materiales llevadas a cabo en fe y obediencia a una Palabra concreta recibida de parte de Dios para una situación específica. En la Biblia hay muchos ejemplos de esto, Moisés convirtiendo las aguas amargas de la región de Mara en agua dulce, Josué y el pueblo de Israel rodeando las murallas de Jericó hasta que cayeron, el profeta Eliseo y las tinajas de aceite. En esta oportunidad quiero hablar acerca del acto profético que realizó el profeta Eliseo para revertir una maldición de muerte y esterilidad que pesaba sobre la tierra y el agua de la ciudad de Jericó. (2 Reyes 2:19-22) NTV
“Cierto día, los líderes de la ciudad de Jericó fueron a visitar a Eliseo. —Tenemos un problema, señor —le dijeron—. Como puedes ver, esta ciudad está situada en un entorno agradable, pero el agua es mala y la tierra no produce. Eliseo dijo: —Tráiganme un recipiente nuevo y pónganle sal. Así que se lo llevaron y Eliseo fue hasta el manantial que suministraba el agua a la ciudad, le echó la sal y dijo: «Esto dice el Señor: “Yo he purificado el agua, ya no causará muerte ni esterilidad. Desde entonces el agua quedó pura, tal como dijo Eliseo.”

ORACIÓN FINAL:

Si sospechas que en tu vida hay una maldición, o quizás detectas ciertas áreas en las que te has detenido y no puedes avanzar, te invito a que repitas conmigo esta oración en voz alta:
Señor Jesús, acepto hoy el sacrificio que realizaste por mí en la cruz del calvario, y te recibo en mi corazón como Señor y Salvador. Fue tu sacrificio el que me hizo libre de toda maldición y condenación. Fue tu justicia la que hoy me hace justo. Por tus llagas fui sanado, y por medio de tu sangre soy limpio de todo pecado. Tomo autoridad como hijo de Dios, y el nombre de Jesús, hoy cierro la puerta a toda maldición sobre mi vida. Anulo toda obra del infierno, todo plan que haya sido creado para frenar mi propósito en la tierra, lo deshago en el poderoso nombre de Jesús. ¡Declaro que ninguna maldición tocará mi vida, ni mi familia! Cristo me ha hecho libre. Soy bendecido por Dios porque soy su hijo y coheredero juntamente con Cristo. Y en este día declaro esta palabra sobre mi vida y mi familia:
“Los que viven al amparo del Altísimo encontrarán descanso a la sombra del Todopoderoso. Declaro lo siguiente acerca del Señor: Solo él es mi refugio, mi lugar seguro; él es mi Dios y en él confío. Te rescatará de toda trampa y te protegerá de enfermedades mortales. Con sus plumas te cubrirá y con sus alas te dará refugio. Sus fieles promesas son tu armadura y tu protección. No tengas miedo de los terrores de la noche ni de la flecha que se lanza en el día. No temas a la enfermedad que acecha en la oscuridad, ni a la catástrofe que estalla al mediodía. Aunque caigan mil a tu lado, aunque mueran diez mil a tu alrededor, esos males no te tocarán. Simplemente abre tus ojos y mira cómo los perversos reciben su merecido. Si haces al Señor tu refugio y al Altísimo tu resguardo, ningún mal te conquistará; ninguna plaga se acercará a tu hogar. Pues él ordenará a sus ángeles que te protejan por donde vayas. Te sostendrán con sus manos para que ni siquiera te lastimes el pie con una piedra. Pisotearás leones y cobras; ¡aplastarás feroces leones y serpientes bajo tus pies! El Señor dice: «Rescataré a los que me aman; protegeré a los que confían en mi nombre. Cuando me llamen, yo les responderé; estaré con ellos en medio de las dificultades. Los rescataré y los honraré. Los recompensaré con una larga vida y les daré mi salvación.” (Salmo 91) NTV