“Entonces Jacob hizo llamar a todos sus hijos y les dijo: «Júntense alrededor de mí, y les diré lo que le ocurrirá a cada uno de ustedes en los días venideros.” (Génesis 49:1) NTV
En sus últimas horas de vida, Jacob llamó a cada uno de sus hijos para decirles lo que habría de acontecer con sus vidas. Cada uno de sus doce hijos recibió el fruto de su propia cosecha, conforme a sus obras en la vida, conforme a sus acciones y decisiones, fue la paga que recibieron.
La bendición de Dios esta allí donde esta su buena voluntad. Cuando caminamos en los planes que Dios diseñó para nuestra vida, caminamos en las bendiciones que fueron preparadas de antemano para nosotros. Pero todo lo bueno que Dios preparó también lo podemos perder si decidimos caminar fuera de su voluntad. Un ejemplo de esto es el caso de Rubén, hermano mayor de José y el primero de los hijos de Jacob. Él tenía derecho a recibir la bendición doble de la primogenitura. Sin embargo, las diferentes malas decisiones que tomó a lo largo de su vida, desviaron sus pasos del camino de bendición que Dios había preparado y como resultado perdió la bendición.
“Que mis bendiciones paternas sobre ti superen las bendiciones de mis antepasados, y alcancen las alturas de los montes eternos. Que estas bendiciones descansen sobre la cabeza de José, quien es príncipe entre sus hermanos.” (Génesis 49:26) NTV
6 BENDICIONES DE JACOB SOBRE JOSÉ:
- BENDICIÓN DE PROSPERIDAD: En (Génesis 49:22) Jacob lo llama a José “Rama fructífera junto a una fuente”. Esta declarando sobre su vida una bendición de prosperidad. (Levítico 26:4) dice: “yo les enviaré lluvia a su tiempo, y la tierra y los árboles del campo darán sus frutos;” NVI
- BENDICIÓN DE VICTORIA SOBRE TODOS SUS ENEMIGOS: En (Génesis 49:23-24) Jacob declara la victoria y fortaleza de José sobre todo ataque que vino en su contra. (Deuteronomio 20:1) dice: “»Cuando salgas a luchar contra tus enemigos y te enfrentes con caballos y carros de guerra y con un ejército más numeroso que el tuyo, no tengas miedo. ¡El Señor tu Dios, quien te sacó de la tierra de Egipto, está contigo!” NTV
- BENDICIÓN DEL CIELO: Las bendiciones del cielo son (salvación, gracia, favor, milagros, sanidad, liberación). Todo aquello que no se puede conseguir aquí en la Tierra, todo aquello que viene exclusivamente del Padre celestial, esas son bendiciones del cielo. En (Génesis 49:25) Jacob bendice a José con bendiciones del cielo, bendiciones de las aguas profundas de abajo, bendiciones de la tierra y con bendiciones de vida.
- BENDICIONES DE ABAJO: Son las bendiciones que podemos conquistar aquí en la Tierra esforzándonos, con la ayuda del Dios omnipotente. Son bendiciones para los esforzados y valientes que están decididos a lograr grandes conquistas. (Isaías 45:3) dice: “y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre.” RVR
- BENDICIONES DE VIDA: Esta bendición es la bendición que ha vencido sobre la muerte. Cristo es la bendición de vida. La sangre de Cristo cubre tu vida y la muerte no puede llegar a tu casa. Serás dador de vida. De tu interior fluirán ríos de agua de vida. No habrá ningún área estéril en tu persona. (Deuteronomio 28:4) dice: “Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.”
- BENDICIÓN DEL PADRE: En (Génesis 49:26) Jacob pone la bendición de la primogenitura sobre José, y pide a Dios que estas bendiciones sean superiores a todas las recibidas por sus antepasados. Esta es la bendición del Padre, es una bendición generacional, afecta tu persona y tu descendencia. Nunca más serás huérfano. Nunca más estarás solo. Tu Padre celestial estará contigo donde quiera que vayas. Eres su hijo amado y Él te ha bendecido con toda bendición espiritual. (Efesios 1:3) dice: “Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo.” NTV
La bendición de Dios te levanta, te sana y te libera. Te convierte en un hombre, en una mujer extraordinaria, con un propósito firme, porque la mano del omnipotente está sobre tu vida. Las puertas que estaban cerradas se abren, y aquello que parecía imposible se vuelve realidad.