Autor: admin

  • RENOVÁNDONOS EN DIOS

    RENOVÁNDONOS EN DIOS

    21765344_1549526065108856_577845513995144447_n

    RENOVÁNDONOS EN DIOS

    “Vístanse con la nueva naturaleza y se renovarán a medida que aprendan a conocer a su Creador y se parezcan más a él.” (Colosenses 3:10) NTV

    ¿Qué significa vestirse con la nueva naturaleza? Cuando recibimos a Cristo en nuestro corazón y lo hacemos el Señor y Dios de nuestra vida, en ese momento se desarrolla una nueva naturaleza en nuestro interior. Nuestro espíritu es regenerado, y por medio de la fe y la gracia divina en ese momento somos hechos hijos de Dios, partícipes junto con Él de una nueva naturaleza en nuestro ser, una naturaleza divina.

    “Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!” (2 Corintios 5:17) NTV

    No hay lugar para los malos hábitos de la vieja vida en el nuevo hombre. Arregla tus cuentas con Dios. Pon tu casa en orden, para que el Espíritu de Dios pueda morar en ella. Dios no puede habitar en una casa llena de escombros. Él quiere remover la basura del pasado, para reconstruir las paredes de tu interior, de tal manera que tu vida sea un templo de adoración donde su presencia pueda reinar.

    “Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues ustedes han muerto a esta vida, y su verdadera vida está escondida con Cristo en Dios.” (Colosenses 3:2-3) NTV

    Creo que todos en algún momento de la vida nos hemos hecho las siguientes preguntas ¿Esto era todo? ¿No hay algo más en la vida que la realidad que estoy viviendo? ¿No me estaré perdiendo de algo? ¿Para esto nací? La respuesta a esos interrogantes está en el pasaje de la Biblia que acabo de destacar en Colosenses 3:2-3. Nuestra VERDADERA vida está escondida con Cristo, en Dios. Solamente El puede darnos aquello que quizás ni siquiera nosotros mismos sabemos que estamos buscando. Nuestra mirada atenta debe estar puesta en las cosas de arriba, como quién espera expectante lo nuevo y bueno que su Padre celestial tiene para darle.

    Vístase del nuevo hombre, a la altura, medida y tamaño de Dios. El Señor tiene hecho un traje a medida para usted. Fue confeccionado por el mejor diseñador del universo, para que encaje a la perfección en su persona. “Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y amado por él, ustedes tienen que vestirse de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia. Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros.” (Colosenses 3:12-13) NTV

    Nos renovamos a medida que aprendemos a conocer a Dios, y comenzamos a parecernos más a Él reflejando su naturaleza con nuestras acciones. Fuimos creados para tener comunión con Él, para manifestar su gloria y naturaleza en la Tierra a toda la creación.

    “Sobre todo, vístanse de amor, lo cual nos une a todos en perfecta armonía. Y que la paz que viene de Cristo gobierne en sus corazones. Pues, como miembros de un mismo cuerpo, ustedes son llamados a vivir en paz. Y sean siempre agradecidos.” (Colosenses 3:14-15) NTV

  • EL RENUEVO DEL ESPÍRITU

    EL RENUEVO DEL ESPÍRITU

    21616507_1543853229009473_6470498690944005835_n

    EL RENUEVO DEL ESPÍRITU

    “Pondré mi Espíritu en ti, volverás a vivir…” (Ezequiel 37:14) NTV

    La nación de Israel había sido llevada en cautiverio por los babilonios. Estaban lejos de su tierra, de su templo, eran un pueblo sin libertad y sin vida propia. Hoy en día muchas personas viven de esta manera, lejos de Dios, lejos de sus propósitos, caminando sin rumbo, sin libertad para elegir y decidir, presos de sus pasiones y deseos. El valle de los huesos secos que relata el capítulo 37 del libro de Ezequiel, es un simbolismo de cómo vive aquel que está lejos de Dios.

    Israel decía: “…Nos hemos vuelto huesos viejos y secos; hemos perdido toda esperanza. Nuestra nación está acabada”. (Ezequiel 37:11) NTV

    Pero Dios tiene un mensaje para tu vida, el quiere levantarte para que adquieras una nueva visión, y recibas vida allí donde había sequedad y muerte. ¿Te sientes preso de tu realidad? ¿Hay sueños en tu vida que todavía no has alcanzado? ¿Hay áreas en tu vida que necesitan revivir? Levántate en este día y profetiza sobre esas tumbas. El Señor te dice: “Por lo tanto, profetiza y diles:

    “Esto dice el Señor Soberano: ‘Oh pueblo mío, abriré las tumbas del destierro y haré que te levantes. Luego te regresaré a la tierra de Israel. Cuando eso suceda, pueblo mío, sabrás que yo soy el Señor. Pondré mi Espíritu en ti, volverás a vivir y regresarás a tu propia tierra. Entonces sabrás que yo, el Señor, he hablado y que he cumplido mi palabra. ¡Sí, el Señor ha hablado!” (Ezequiel 37:12-14) NTV

    Llama al espíritu de Dios de los cuatro vientos para que los huesos secos reciban vida. Dios renovará tu espíritu, soplará sobre ti su aliento fresco. Te colocará en un lugar alto, para que comiences a ver las cosas como El las ve. La fidelidad de Dios es para siempre, puede ser que nosotros le fallemos a Él, pero Él nunca nos abandonará. Estas son algunas de sus promesas para tu vida:

    – “El Señor va delante de ti. Él estará contigo, y no te dejará ni te desamparará. No temas ni te intimides.” (Deuteronomio 31:8) RVC

    – “Él no permitirá que tropieces; el que te cuida no se dormirá” (Salmos 121:3) NTV

    – “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.” (Salmos 23:4) RVR 1960

  • RENOVANDO EL ALTAR DE DIOS (Levítico 6:8-13)

    RENOVANDO EL ALTAR DE DIOS (Levítico 6:8-13)

    21740904_1537823762945753_4434655205315466091_o

    RENOVANDO EL ALTAR DE DIOS (Levítico 6:8-13)

    El altar es el lugar donde rendimos adoración a Dios. Es un lugar de encuentro y reconciliación con nuestro creador. En el pasado, los sacerdotes debían cumplir reglas estrictas dictadas por Dios para los procedimientos de redención y adoración. El antiguo testamento, en el libro de Levítico, nos cuenta en detalle todos los procesos. Hay varios principios con respecto al altar que quiero destacar:

    1. EL ALTAR, lugar de sacrificio y adoración: Hoy en día el altar con el que rendimos culto a Dios está dentro de nuestros corazones. Adoramos a Dios con toda nuestra mente, con todo nuestro corazón y con todas nuestras fuerzas. Nuestras vidas son un sacrificio vivo de adoración.

    2. LA VESTIDURA SACERDOTAL: Los sacerdotes debían usar una vestidura para propiciar el sacrificio, y otra vestidura para sacar las cenizas fuera del campamento. De la misma manera, debemos renovar diariamente nuestro compromiso con Dios. La cobertura que usamos el día anterior no sirve para hoy. Hay una unción especial dada por Dios para afrontar los desafíos de cada día.

    3. EL FUEGO Y LAS CENIZAS: El fuego sobre el altar nunca debía apagarse. Los sacerdotes tenían que alimentarlo cada día con leña y las cenizas del día anterior debían ser removidas para mantener la llama. Este mismo principio aplica hoy a nuestras vidas. La llama que arde dentro de nosotros es la presencia de Dios. Si no cuidamos su presencia, si no alimentamos la relación a diario, ésta se apaga. Remueva las cenizas de su vida. El fuego no puede arder si su altar está cubierto por ceniza de fuegos pasados.
    A partir del sacrificio máximo hecho por Jesús en la cruz, tenemos libre entrada a la presencia de Dios, somos hechos nueva criatura y la presencia de Dios viene a morar a nuestras vidas. Pero los principios generales transmitidos a Moisés para cuidar el altar siguen siendo aplicables a nosotros.

    Nos fue dado el regalo más preciado del universo. No solamente fuimos hechos hijos de Dios por medio del sacrificio de Cristo, sino que también la presencia de Dios habita en nuestro interior. Y si Dios está dentro de ti ese fuego se tiene que ver. Ningún cristiano puede vivir de luz ajena. Tu lámpara tiene que brillar con aceite propio. El fuego siempre se mantendrá encendido, si en tu vida hay pasión por Dios, pasión por las almas y pasión por mantener una vida profunda de oración.

    Lo invito a renovar su pacto con Dios en éste día. Quite de su vida toda ceniza que esté impidiendo que el fuego arda, e invite a la presencia de Dios a morar en su interior. Viva una vida plena de adoración como un sacrificio vivo, renunciando a toda área de su vida que lo apague, y dando lugar a la presencia de Dios para que lo transforme, de tal manera que un día pueda decir como el Apóstol Pablo: “Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí.” (Gálatas 2:20) NTV.

  • LA FE QUE SOPORTA LA PRUEBA

    LA FE QUE SOPORTA LA PRUEBA

    20882073_1511874615540668_605966809915041475_n

    LA FE QUE SOPORTA LA PRUEBA

    (Génesis 22:1-17)

    ¿Qué es la fe? El libro de los Hebreos define a la fe de la siguiente manera: “Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos.” (Hebreos 11:1, DHH)

    La Biblia también nos dice que la fe viene por el oír la Palabra de Dios, pero ¿de dónde proviene la fe? La fe es un don de Dios. Simplemente es dada a nosotros, junto con su gracia y misericordia, según su santo plan y propósito.

    Cada año que vivimos tiene un propósito específico, y a cada propósito divino le es asignada una medida correspondiente de fe. En el libro de Génesis capítulo 22, vemos como la fe de Abraham es probada. El propósito de la prueba no es verte caer, sino llevarte a un lugar más alto de autoridad y bendición. Dios quiere que tu vida crezca y de fruto en abundancia. ¿Estás dispuesto a sacrificar aquello que más amas? ¿Qué es lo que ocupa el primer lugar en tu vida?

    Cuando Dios prueba mi fe, también pone a prueba distintas áreas de mi vida:

    1. En primer lugar nuestro CORAZÓN. Generalmente dedicamos la mayor cantidad de nuestro tiempo, pensamientos y deseos a aquello que más amamos. ¿Tengo las prioridades correctas?

    2. En segundo lugar, Dios pone a prueba nuestra OBEDIENCIA. ¿Estamos dispuestos a obedecer su mandato, aún a pesar de nuestra lógica y razonamiento limitado?

    3. En tercer lugar Dios pone a prueba nuestra FIDELIDAD. La fidelidad es medida por nuestro grado de dependencia y compromiso con Dios.

    4. Por último, las pruebas manifiestan nuestro TEMOR a Dios. ¿Es Dios el Señor y soberano de tu vida? ¿Hay algún área de tu vida que todavía no hayas consagrado a Él?

    Tu vida será probada en un TIEMPO y LUGAR específico. El desafío llegará a tu vida, y si no logras identificarlo, perderás el momento de tu PROMOCIÓN. Recuerda que el propósito de la prueba es hacerte crecer.

    Abraham fue al lugar que Dios le indicó para ofrecer el sacrificio en el tiempo que Dios le señaló. Su hijo le dijo: Padre, tenemos leña y fuego, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto? Abraham respondió: DIOS PROVEERÁ.

    ¡Jehová Jireh! Tenemos un Dios proveedor, que suplirá todas nuestras necesidades. En el momento de máxima escasez, allí donde no hay recursos, Dios provee. Por haber obedecido al proyecto del cielo, por no haber esquivado el desafío que le pedía sacrificar aquello que más amaba, Dios lo bendijo como nunca a nadie sobre la tierra. Dios hizo un pacto con Abraham y su descendencia. Hoy en día todas las familias de la tierra son benditas como consecuencia de la obediencia de Abraham.

    «Haré que tu descendencia sea tan numerosa como las estrellas del cielo y como la arena que hay a la orilla del mar. Además, ellos siempre vencerán a sus enemigos.» (Génesis 22:17) DHHD

    La bendición de Dios es plena y abundante. Trae multiplicación y victoria sobre todos tus enemigos. Ésta es la consecuencia de tener una fe victoriosa que soporta la prueba, tu vida asciende a un nuevo nivel de autoridad, y comienzas a caminar en la plenitud de tu propósito en la vida.

    “Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada.” (Santiago 1:2-4 NVI)

  • LA BENDICIÓN DEL CIENTO POR UNO

    LA BENDICIÓN DEL CIENTO POR UNO

    15042129_1236690506392415_2874348335617117938_o

    LA BENDICIÓN DEL CIENTO POR UNO

    En el calendario hebreo, Noviembre es el mes que se identifica con la prosperidad. Es la época del año en que se prepara la tierra para los cultivos y se realizan oraciones pidiendo lluvias tempranas que garanticen una cosecha abundante.

    La Biblia nos cuenta en el libro de Génesis la bendición de Dios sobre Isaac. “Cuando Isaac sembró sus cultivos ese año, cosechó cien veces más grano del que había plantado, porque el Señor lo bendijo. Se hizo muy rico, y su riqueza siguió aumentando. Adquirió tantos rebaños de ovejas y de cabras, manadas de ganado y siervos, que los filisteos comenzaron a tenerle envidia.” (Génesis 26:12-14 NTV)

    La oportunidad era igual para todos, la tierra estaba lista para ser sembrada, pero no todos se animaron a hacerlo. Sólo aquellos que se animan a confiar en las promesas de Dios disfrutan de la abundancia de sus cosechas.

    Isaac era el hijo de la promesa. Fue la respuesta al anhelo del corazón de su padre Abraham, y a la promesa que Dios había hecho sobre su vida cuando lo llamó “padre de naciones”. Lo esperó toda su vida, de hecho fue concebido cuando Abraham ya era anciano. “El Señor cumplió su palabra e hizo con Sara exactamente lo que había prometido. Ella quedó embarazada y dio a luz un hijo a Abraham en su vejez. Esto ocurrió justo en el tiempo que Dios dijo que pasaría.” (Génesis 21:1-2 NTV)

    Dios nunca llega tarde, las respuestas a sus promesas no se demoran, ellas llegan siempre en el tiempo preciso que Dios preparó para que sucedan. Lo que Dios promete, lo cumple. Él no es hombre para mentir.

    Así como el pueblo hebreo en Noviembre preparaba la tierra y oraba por las lluvias tempranas para tener una gran cosecha, de la misma manera quiero que usted en este tiempo prepare su corazón para ser bendecido por Dios. ¿Hay situaciones en su vida que necesita solucionar? No pierda más tiempo, éste es el momento para hacerlo. ¿Cómo están las relaciones con su familia y sus seres queridos? Éste tiempo, antes que finalice el año es propicio para reparar todo aquello que esté dañado. Para recibir una cosecha abundante, primero la tierra tiene que estar lista. Remueva de ella todo aquello que la contamina, toda obstrucción y pida que las aguas del Espíritu Santo recorran todo su ser trayendo vida, y vida en abundancia. “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.” (Juan 7:38 RVR 1960)

    Dios no es un Dios escasez. Él es dueño del oro, la plata y de toda cosa creada. Nuestro Dios, es un Dios de abundancia. Prepare su vida y su corazón para recibir una cosecha del CIENTO POR UNO.

    “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.” (3 Juan 1:2 RVR 1960)

  • 5 PROMESAS DE LA BIBLIA PARA CORONAR TU VIDA

    5 PROMESAS DE LA BIBLIA PARA CORONAR TU VIDA

    14909933_1223646044363528_1549491621368985985_n

    CORONANDO EL AÑO

    5 PROMESAS DE LA BIBLIA PARA CORONAR TU VIDA

    1) “¿qué son los simples mortales para que pienses en ellos, los seres humanos para que de ellos te ocupes? Sin embargo, los hiciste un poco menor que Dios y los coronaste de gloria y honor.” (Salmo 8:4-5 NTV)
    2) “Los simplones están vestidos de necedad, pero los prudentes son coronados de conocimiento.” (Proverbios 14:18 NTV)
    3) “… pero si permaneces fiel, incluso cuando te enfrentes a la muerte, te daré la corona de vida.” (Apocalipsis 2:10 NTV)
    4) “Coronas el año con una copiosa cosecha; hasta los senderos más pisoteados desbordan de abundancia.” (Salmo 65:11 NTV)
    5) A sus enemigos vestiré de confusión, Mas sobre él florecerá su corona. (Salmo 132:18 RVR 1960)

    El significado que la Biblia le otorga a la palabra “coronar” es el de RESTITUIR, recibir una gran RECOMPENSA. Cuando hacemos la voluntad de Dios, y aprendemos a caminar firmes tomados de su Palabra, Dios restituye a nuestras vidas todo lo que el enemigo nos robó.

    El libro de (2 Reyes 5:1-14) nos cuenta la historia de Naamán, un general del ejército de Siria que padecía lepra. Ésta era una enfermedad incurable, mutilante y vergonzosa, que afectaba principalmente la piel y los nervios periféricos. En la antigüedad no sabían cómo tratar esta enfermedad, y quien la padecía estaba destinando a sufrir una muerte dolorosa y solitaria.

    Naamán fue a ver al profeta Eliseo para recibir un milagro de Dios.
    La historia cuenta que éste General Sirio recibió el milagro que anhelaba. Siguió las indicaciones del profeta al pié de la letra, aún cuando no entendía lo que hacía. Tuvo que bañarse varias veces en el rio Jordán, y en la séptima zambullida su piel quedó limpia por completo.

    En un instante Naamán fue restituido. La lepra desapareció en un instante. En cada una de las zambullidas, obedeciendo el mandato del profeta, Naamán moría a su orgullo. Renunciaba a lo que su razonamiento le dictaba. Era incomprensible que por bañarse en el río Jordán su cuerpo pudiera recibir sanidad. Sin embargo, Naamán fue siete veces obediente.

    El orgullo, el enojo, la desobediencia, la falta de perdón, son murallas que se anteponen a las bendiciones que Dios preparó para nosotros. Me gustaría que antes de finalizar el año, con la dirección del Espíritu Santo usted pueda derribar cualquier obstáculo que esté frenando su bendición. Dios quiere coronar tu vida con lo mejor del cielo, ¡el tiempo de la restitución ha llegado!

  • JESÚS QUIERE VISITAR TU VIDA

    JESÚS QUIERE VISITAR TU VIDA

    13895059_1143159079078892_1078142884594627307_nJESÚS QUIERE VISITAR TU VIDA – LA MISERICORDIA DE DIOS FRENTE A LA NECESIDAD

    Jesús siempre está allí donde está el dolor. Fue al estanque de Betesda a visitar a un hombre que padecía de parálisis en sus piernas por treinta y ocho años. Jesús conocía cada uno de esos años que éste hombre había estado postrado. Sus amigos y parientes, por distintos motivos ya no estaban a su lado para hacerle compañía. Algunos se cansaron de esperar, otros simplemente no tenían tiempo para esperar el eventual milagro del ángel y se fueron. Cual sea la razón, lo cierto es que el paralítico estaba solo. Los años pasaban, los días se repetían y parecía que no había respuesta para su situación.

    Jesús es Dios de los tiempos. Pasado, presente o futuro, para Dios es lo mismo porque Él está por encima de nuestras limitaciones. Cuando todas tus esperanzas se acabaron, cuando tus parientes y amigos te dejaron solo y ya no hay nadie que pueda darte una mano, ahí aparece Jesús trayendo vida, restauración y esperanza donde habita el dolor y la desolación.

    Hay bendiciones preparadas de antemano para tu vida. Tienes que estar listo para cuando eso suceda, expectante, preparado para recibir tu milagro el día de la visitación. Hoy en día hay personas que se sienten identificadas con ésta historia. Muchos se sienten como el paralítico, ven a los demás siendo bendecidos en diferentes áreas de su vida, y se preguntan ¿cuándo me tocará a mí? ¡Hoy es el día para recibir ese milagro que estás esperando!

    Uno de los principales frenos para la bendición de Dios es el pecado. Pecar significa errar al blanco. Cuando pecamos, nos alejamos de la voluntad de Dios, y simplemente no nos encontramos caminando por el sendero donde la bendición nos está esperando. La persona que no tiene sus cuentas arregladas con Dios, ve las bendiciones pasar de largo. Los ciclos de las visitaciones pasan, pero él no recibe el milagro. Ve como los demás son bendecidos, pero la bendición a él no llega. El libro de Juan nos cuenta que Jesús tuvo misericordia, sin importar la multiplicidad de malas decisiones que llevaron al paralítico a estar en ese estado. El Dios de amor fue al lugar donde estaba el necesitado, llegó a donde estaba aquel que veía las bendiciones pasar de largo. Ésta vez, no iba a ser necesario que se meta en el estanque justo cuando el ángel aparezca, ésta vez el Dios de los milagros lo estaba visitando a él en persona para sanarlo.

    El relato finaliza contando un segundo encuentro entre éste hombre y Jesús. Ya había recibido el milagro que esperó por tantos años. Ahora podía caminar, su parálisis física había sido sanada, pero había una parálisis invisible en él que todavía necesitaba de una decisión interior de cambio, la parálisis de su corazón. Jesús se encuentra con éste hombre en el templo y le advierte: “Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor.” (Juan 5:14) RVR 1960.

    Para Dios no hay nada imposible. Él conoce tu necesidad y tiene la respuesta para esa situación que estás atravesando. Jesús quiere visitar tu vida para transformar hoy tu realidad. No importa si durante años has visto la bendición pasar de largo. Él es el Dios de las segundas oportunidades. Sus misericordias se renuevan cada mañana, su amor por nosotros es eterno, nada hará que eso cambie. Lo invito a humillarse delante de Dios. Busque su presencia y pida al Espíritu Santo que le muestre las áreas de su vida que necesita cambiar. En su tiempo a solas con Dios confiese su pecado, arrepiéntase de sus malas obras y apártese de ellas. Por último pídale al Espíritu Santo que lo ayude para no caer nunca más. Nuestras propias fuerzas no son suficientes para afrontar los desafíos diarios que tenemos como cristianos. Pida a Dios que renueve sus fuerzas, para que podamos decir como el Apóstol Pablo “Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece.” (Filipenses 4:13) RVR 1960.

    BIBLIA: (Juan 5:1-9, 14) RVR 1960

    “Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día. (Juan 5:1-9)

    “Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor.” (Juan 5:14)

  • LA LIBERACIÓN DEL ESPÍRITU

    LA LIBERACIÓN DEL ESPÍRITU

    13516434_1120561554671978_7721371037170927590_n

    ¿Cómo liberar el espíritu para ligarse al Espíritu de Dios y hacer su voluntad?

    “Les digo la verdad, el grano de trigo, a menos que sea sembrado en la tierra y muera, queda solo. Sin embargo, su muerte producirá muchos granos nuevos, una abundante cosecha de nuevas vidas.”(Juan 12:24) NTV. El mensaje que transmite Jesús a sus discípulos es claro, si lo exterior no muere, lo interior no puede ser liberado. Morir significa matar el hombre exterior, los deseos de la carne y el mundo, las pasiones desordenadas, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida.

    A modo de síntesis, el ser humano está compuesto por un hombre interior y un hombre exterior. El hombre interior es nuestro espíritu, y allí reside el Espíritu de Dios. El hombre exterior es todo lo que nos compone que está por afuera de eso, nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestra voluntad, nuestro cuerpo. En la carta a los Romanos el Apóstol Pablo da un ejemplo claro que nos ayuda a entender esta simplificación, dice: “Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros” (Romanos 7:22-23) RVR 1960.

    Tu espíritu reside en tu interior, y para que este sea liberado debe abrirse paso a través del hombre exterior. En el espíritu están los frutos del espíritu, las capacidades divinas y los dones del Espíritu Santo. Estas herramientas te permiten llevar a cabo el propósito divino por el cual viniste a la tierra. “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.” (2 Corintios 4:16) RVR 1960. Tu verdadera identidad está plasmada en tu espíritu. Allí está la esencia que Dios puso en tu vida, ese ADN que te hace completamente diferente a todos los demás, el motivo por el cual fuiste creado.

    LA LIBERACIÓN DEL ESPÍRITU TE PERMITE CAMINAR EN LO SOBRENATURAL. RECIBES REVELACIÓN DIVINA Y PUEDES TOMAR DECISIONES EN PAZ SIN COMETER ERRORES. LA PRESENCIA DE DIOS Y EL RESPALDO DEL CIELO DIRIGEN TUS PASOS.

    Para liberar el espíritu usted debe renunciar a su yo para que su vida ya no sea conducida por su débil voluntad, sujeta a emociones y diferentes estados de ánimo, sino por el Espíritu Santo de Dios. Cuando aprenda a escuchar y a obedecer la voz del Espíritu Santo, podrá lograr en un día lo que le tomaría diez años.

    ¿Quiere liberar su espíritu? Rompa la cáscara exterior que encierra su semilla, sujete su voluntad a la voluntad de Dios y permita que el Espíritu Santo dirija su vida. Atrévase a vivir una vida totalmente consagrada a Dios.

    El profeta Ezequiel era un hombre que caminaba en lo sobrenatural. Su vida interior se había desarrollado a tal punto que en una de sus experiencias Dios lo toma y lo coloca en medio del desierto en un valle lleno de huesos secos para que profetice sobre ellos y recobren vida. ¿Estás pasando por alguna situación en tu vida donde te sientes caminando por un desierto? Si es así, quiero que sepas que el Espíritu de Dios está hoy parado a tu lado como lo estuvo con el profeta Ezequiel en ese valle, y quiere que respondas la siguiente pregunta ¿podrán esos huesos secos recibir vida?

    “Entonces me dijo: —Anuncia un mensaje profético a estos huesos y diles: ¡Huesos secos, escuchen la palabra del SEÑOR! Esto dice el SEÑOR Soberano: ¡Atención! ¡Pondré aliento dentro de ustedes y haré que vuelvan a vivir! Les pondré carne y músculos y los recubriré con piel. Pondré aliento en ustedes y revivirán. Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR.” (Ezequiel 37:4-6) NTV

    Profetiza al valle de huesos secos en tu vida. Suelta la palabra. Dile a esos huesos que se junten y reciban vida. Suelta la palabra de vida una y otra vez hasta que el cambio suceda. Cuando tu voluntad se ligue a la voluntad de Dios, tus pasos serán guiados por el Espíritu Santo y el desierto en el que te encuentres recibirá vida.

  • LA BENDICIÓN DE HONRAR AL PADRE

    LA BENDICIÓN DE HONRAR AL PADRE

    13510770_1116207855107348_8169210127199560196_n

    “Hijos, obedezcan a sus padres porque ustedes pertenecen al Señor, pues esto es lo correcto. Honra a tu padre y a tu madre. Ese es el primer mandamiento que contiene una promesa: si honras a tu padre y a tu madre, te irá bien y tendrás una larga vida en la tierra.” (Efesios 6:1-3) NTV

    ¿Qué es honrar y cómo se aplica esa función a nuestra vida en relación con nuestro padre terrenal y con nuestro padre Dios? Según el diccionario de la real academia española, honrar significa: “Respetar a alguien, enaltecer o premiar el mérito de alguien. Dar honor o celebridad.” Honramos a nuestro padre cuando lo respetamos, cuando aprendemos a escucharlo y atesoramos sus consejos. Bendecimos a nuestro padre cuando hablamos bien de él, y lo honramos cuando hacemos que se sienta orgulloso con las decisiones que tomamos en nuestro diario vivir.

    7 BENDICIONES DE DIOS PADRE PARA SUS HIJOS

    “El rey se alegra en tu poder, oh Jehová; Y en tu salvación, ¡cómo se goza! Le has concedido el deseo de su corazón, Y no le negaste la petición de sus labios. Porque le has salido al encuentro con bendiciones de bien; Corona de oro fino has puesto sobre su cabeza. Vida te demandó, y se la diste; Largura de días eternamente y para siempre. Grande es su gloria en tu salvación; Honra y majestad has puesto sobre él. Porque lo has bendecido para siempre; Lo llenaste de alegría con tu presencia.” (Salmo 21:1-6) RVR 1960

    1. SALVACIÓN: Cristo pagó el precio de nuestra condena, y nos hizo libres de las cadenas del pecado que nos ataban. Nos gozamos en Él, y su victoria sobre la muerte nos regaló la vida eterna.

    2. PETICIONES: Dios le concedió los deseos y peticiones de su corazón. Dios sabe lo que estás atravesando. Él es tu padre y su amor por ti es eterno. Toda petición, todo deseo de tu corazón que esté alineado con la voluntad de Dios para tu vida será contestado.

    3. CAMINOS: Dios bendice todos tus caminos. El abrirá caminos en el desierto. Dios te bendecirá con todo bien, tanto los celestiales como los terrenales.

    4. AUTORIDAD: Dios coloca una corona de autoridad sobre tu cabeza para que conquistes todo aquello que siempre soñaste. Donde sea que vayas, el reino de Dios te va a acompañar.

    5. SALUD: Bendición de salud y larga vida para llevar a cabo todo lo que está en tu corazón. ¡En Cristo tenemos vida abundante!

    6. FELICIDAD: La presencia de Dios llenará tu vida de gozo y alegría. La bendición de la presencia de Dios corona tu vida con FELICIDAD.

    7. INTIMIDAD: Conocer el carácter de Dios, tener intimidad con Él. Cuando pasamos tiempo a solas con nuestro padre celestial aprendemos a conocer los atributos de su persona: Amor, gracia, bondad, paciencia y misericordia. Quiero hacer hincapié en esta última. La misericordia de Dios existe para con nosotros más allá de nuestras virtudes y defectos. Su amor por nosotros es tal, que entregó lo que más amaba, su propio hijo para salvarnos. Sus misericordias se renuevan cada mañana.

    No hay forma de pagar el sacrificio que hizo Jesús por nosotros. Él llevó sobre sí el peso de nuestro pecado para hacernos libres y darnos vida eterna. Ése es el regalo de su infinita gracia y amor por nosotros. ¿Quieres alegrar el corazón de tu Padre celestial? Debes estar dispuesto a honrarlo con tu diario vivir obedeciendo sus consejos y mandamientos, prestando atención al susurro de su voz. Dios se complace más en la obediencia que en la multitud de sacrificios.

  • CONOCIENDO AL HIJO DE DIOS

    CONOCIENDO AL HIJO DE DIOS

    Hay una diferencia muy importante entre creer en Dios y conocerlo. Creer es cuestión de FE, conocer depende de la EXPERIENCIA. En el capítulo dieciséis del libro de Mateo, Jesús le hace una pregunta muy curiosa a sus discípulos: “Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 16:13-17) RVR 1960

    Muchos eran los seguidores de Jesús, pero pocos tenían el privilegio de conocerlo en la intimidad. Si bien Jesús caminaba con la gente, y grandes multitudes lo seguían de un lugar a otro, eran sus discípulos quienes podían compartir tiempo de calidad con él y conocer el verdadero significado de cada una de sus enseñanzas. Algunos habían visto a Jesús hacer grandes señales, otros de entre la multitud lo habían visto hacer milagros, por lo que creían que Jesús era un profeta, pero a Pedro le fue revelado el verdadero carácter de Jesús, él era el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

    La revelación es la capacidad sobrenatural para entender el mundo espiritual. Dios sólo se revela a quienes tienen hambre y sed de Él. La clave es buscarlo con pasión. La revelación pertenece a aquellos que la buscan con desesperación.

    Lo desafío a tener un encuentro personal con Dios que transforme su vida por completo. Así como le sucedió a Job, anhelo que un día usted también pueda decir “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven” (Job 42:5) RVR 1960