CONQUISTA TU MONTAÑA
Nuestro Dios es la fuente de toda provisión. Si tu vida está disfrutando de alguna bendición es porque Dios lo permite. Quizás Dios use tu trabajo para bendecirte, o una persona, un amigo, un familiar, o una idea con la cual podrás realizar un emprendimiento y así prosperar. Cual sea el medio que Dios utilice para bendecir tu vida, NUNCA LO OLVIDES: Es Dios la fuente y origen de toda bendición.
Como siempre enseño en las reuniones que tenemos los domingos en nuestra Iglesia: Todos fuimos creados con un propósito divino, y es el Creador del universo quien pone el querer como el hacer de Su buena voluntad en el corazón de sus hijos. Cual sea el llamado que tengamos, Dios la fuente de toda bendición y prosperidad también proveerá los medios que necesitemos para llevarlo a cabo.
Hace unos días vi una película ganadora del Oscar a mejor documental que se titula “Free Solo”, en español sería: “Sólo libre”. Si tiene oportunidad, le recomiendo que la vea. La película trata sobre un escalador profesional llamado Alex Hannold, quien se propone realizar una hazaña nunca antes lograda por el hombre: escalar una de las montañas más difíciles del mundo sin soga ni equipo de seguridad.
Este tipo de entrega y determinación me recuerda a las batallas que muchas veces atravesamos como cristianos. La vida siempre nos presentará un monte, un desafío que parecerá demasiado grande para nosotros, algo que los demás llamen “imposible”. Dios los permite para promocionarnos, para probar nuestra fe y ascendernos a un nuevo nivel de autoridad y gobierno.
En la Biblia hay muchos ejemplos de esto, pero uno de los más emblemáticos es el monte que conquista Caleb con 85 años de edad. En el libro de Josué capítulo 14 tenemos la historia. Cuando Moisés y los israelitas llegaron a la tierra prometida, se encontraron con que la tierra estaba habitada. Había gente, ciudades y murallas que iban a tener que conquistar para poder vivir el cumplimiento de la promesa. Moisés envió espías de cada tribu de Israel, y los únicos que volvieron con un informe positivo fueron Josué y Caleb. Ellos no se dejaron vencer por el miedo, se mantuvieron firmes confiando que el Dios que los había enviado hasta ahí era más poderoso que todos sus adversarios.
“Ahora tengo ochenta y cinco años. Estoy tan fuerte hoy como cuando Moisés me envió a esa travesía y aún puedo andar y pelear tan bien como lo hacía entonces. Así que dame la zona montañosa que el SEÑOR me prometió.” (Josué 14:10-12) NTV
Habían pasado más de 40 años, y las fuerzas de Caleb no habían menguado. El conocía el secreto para no bajar los brazos ni desanimarse, Caleb habitaba en la presencia de Dios. El tenía un espíritu diferente, tenía una mentalidad de conquista. El sabía en su corazón que Dios no miente, cuando Dios promete algo, lo cumple.
Aquel que se toma de la mano de Dios tiene un espíritu mayor en su interior y no le cree a las circunstancias. No duda en el desierto, le cree a Dios.
Caleb se abrazó a la promesa de Dios, y conquistó su monte a los 85 años de edad. Cual eran sus fuerzas antes, así eran en ese momento. La tierra que le había sido prometida era el monte de Hebrón, una fortaleza inexpugnable, habitada por gigantes. Sin embargo, eso no fue obstáculo para frenarlo. Los conquistadores no tienen doblez de espíritu. No dependen de sus fuerzas, sino de las fuerzas que vienen de Dios. La FE y la OBEDIENCIA son dos rieles por los que deberá avanzar tu vida si quieres conquistar montañas.
“Dame, pues, la región montañosa que el Señor me prometió en esa ocasión. Desde ese día, tú bien sabes que los anaquitas habitan allí, y que sus ciudades son enormes y fortificadas. Sin embargo, con la ayuda del Señor los expulsaré de ese territorio, tal como él ha prometido».” (Josué 14:12) NVI
¿Recuerda la película del escalador profesional que le conté al principio? Alex Hannold logró alcanzar la hazaña nunca antes realizada por el hombre. Muchos decían que escalarlo sin soga ni equipo de seguridad era imposible. Sin embargo, eso no lo detuvo, fue el combustible que alimentó su sueño y pasión a lo largo de todos esos años en los que se preparó para lograrlo. ¿Qué pasó con Caleb? ¡Caleb también conquistó su monte! Con 85 años de edad, logró una hazaña nunca antes alcanzada. Venció a los gigantes, conquistó las fortalezas y reclamó su herencia.