CORONANDO EL AÑO
En nuestra iglesia tenemos por costumbre identificar los meses del año con un propósito específico. Diciembre es el mes de Profecía, e invitamos a todos nuestros hermanos a declarar palabras de bendición sobre su casa, su vida y sus familias, para que todo aquello que fue diseñado en los cielos para este tiempo, sea llevado a cabo aquí en la tierra.
Estamos a cuatro semanas de terminar el año, y quiero enseñarle como coronar el año en bendición. Coronar el año significa contar con el favor del cielo, para que todo aquello que usted emprenda sea bendecido y fructificado. Que usted pueda llevar a cabo en tiempo y forma, todo aquello que el Señor planeó para su vida. Por lo tanto, si hay alguna traba, algún obstáculo que está bloqueando el camino, en el nombre de Jesús, tomamos autoridad en el cielo y en la tierra, para echarlo fuera y ordenar que sea removido.
Cuando Dios creó al hombre en el huerto del Edén, lo hizo a su imagen y semejanza. Lo coronó de honra y de favores, y sujetó todas las cosas bajo sus pies. El hombre fue la corona de la creación, y ésa es la autoridad con la que debemos caminar como hijos de Dios en esta vida. Somos reyes colocados en la tierra para administrar y sojuzgar, y por medio de Cristo somos sacerdotes investidos de autoridad celestial para hacer la obra de Dios.
El Salmo (103:1-6) dice: “Bendice, alma mía, al SEÑOR, Y bendiga todo mi ser Su santo nombre. Bendice, alma mía, al SEÑOR, Y no olvides ninguno de Sus beneficios. El es el que perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus enfermedades; El que rescata de la fosa tu vida, El que te corona de bondad y compasión; El que colma de bienes tus años, Para que tu juventud se renueve como el águila. El SEÑOR hace justicia, Y juicios a favor de todos los oprimidos.”
Hay dos personajes de la Biblia que quiero destacar, uno es Bartimeo, y el otro es Zaqueo. El primero necesitaba un milagro físico, el segundo un milagro en su alma y su espíritu. Ambos dejaron de hacer lo que estaban haciendo para darle a Dios la prioridad sobre sus vidas. El ciego Bartimeo llamó la atención de Jesús a los gritos, desesperado entre la multitud. Zaqueo, el recaudador de impuestos que era odiado por sus vecinos, se subió a un árbol para ver a Jesús pasar. Ninguno de los dos se quiso perder la oportunidad de encontrarse con el Rey de reyes. Ellos sabían que sus vidas cambiarían para siempre si tan sólo compartían un minuto con el Maestro.
Hoy Jesús está a tu lado haciéndote la misma pregunta que le hizo a Bartimeo: ¿Qué quieres que te haga?, Hoy el Maestro se para a tu lado para decirte como le dijo a Zaqueo: Baja de ese árbol, debo hospedarme hoy en tu casa. El ciego recibió la vista, dejó de mendigar y no dependió más de la caridad del hombre para sobrevivir. El recaudador de impuestos recibió la salvación, cambió su vida para siempre y restituyó cuatro veces más lo que había robado.
Dios quiere coronar tu año. No puedes finalizar el 2017 con asuntos pendientes. Si hay alguna situación no solucionada, Dios te da el favor y la gracia para que antes de finalizar el mes de Diciembre puedas encargarte de ella. Si tu vida está necesitando de un milagro, éste es el momento para abrir tu corazón y pedirlo. ¡Finaliza el año en victoria y prepárate para comenzar un nuevo año en bendición!