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EL PERDÓN
Cuando hablamos del perdón, estamos hablando del corazón de Dios. En el corazón de Dios habita el amor, la paz, la justicia, el perdón y la misericordia. De hecho, el perdón es una consecuencia directa del amor de Dios hacia nosotros. En Juan 3:16 leemos lo siguiente:

“ Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Dios nos amó tanto, que a fin de restablecer su relación con nosotros, envió a su único hijo, para que por medio de su sacrificio nosotros podamos recibir el perdón de nuestros pecados, y nacer a una nueva vida en Cristo Jesús.
El perdón se ejerce de 3 maneras:
  • Perdonándose a uno mimo
  • Perdonando a los demás
  • Recibiendo el perdón de Dios
Cuando perdonamos al prójimo, no sólo liberamos a aquel que nos ha ofendido sino que también nosotros recibimos liberación de aquello que nos ataba a la ofensa. Nos despojamos del peso que nos retenía para poder caminar hacia adelante.

“ Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.” (Efesios 4:32) NTV

Perdonar es un acto de decisión voluntaria no basado en emociones, sino en la obediencia a la Palabra de Dios y en la fe. Cuando los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a orar, Él les enseñó la oración del “Padre nuestro”, y en el versículo 14 explica lo siguiente:

“Si perdonas a los que pecan contra ti, tu Padre celestial te perdonará a ti; pero si te niegas a perdonar a los demás, tu Padre no perdonará tus pecados.” (Mateo 6:14) NTV

De esta manera, vemos que el perdón tiene 3 consecuencias directas. En primer lugar, al perdonar a los demás, restablezco mi vínculo con el prójimo. En segundo lugar, al perdonar a quienes hacen lo malo contra mí, me habilito para poder recibir el perdón de Dios por mis propios pecados. Y por último, al recibir el perdón de Dios por mis pecados restablezco el vínculo con mi Padre celestial.
El perdón trae:
  1. Redención
  2. Liberación
  3. Cancelación de todas las deudas.
  4. Sanidad divina en el cuerpo, alma y el espíritu.
  5. Restauración. Un nuevo hombre, una nueva mujer.

“ Yo soy el que por amor a mí mismo borra tus transgresiones y no se acuerda más de tus pecados.” (Isaías 43:25) NVI

Por otro lado, si no perdonamos a los demás la Biblia dice que Dios no nos puede perdonar a nosotros. Estas son algunas de las consecuencias de no perdonar:
  • Esclavitud: Atadura entre usted y la persona a quien no perdona.
  • Causas abiertas: Sus propios pecados no serán perdonados hasta que usted no decida perdonar a los demás. Por lo tanto, el peso y las consecuencias de su pecado caerá sobre usted.
  • Ausencia de paz. Ataques y tormentos en la mente y el cuerpo.
  • Enfermedades físicas. El rey David dijo: “Mientras me negué a confesar mi pecado, mi cuerpo se consumió, y gemía todo el día .” (Salmos 32:3) NTV
  • Quien no perdona entra en un pozo de amargura. Se visión de la vida se vuelve negativa, y todo lo que toca lo destruye. Esto anula por completo a la persona, lo paraliza y bloquea toda expectativa de bendición.
La Biblia nos cuenta en el libro de (Lucas 7:36-50) la historia de una mujer pecadora que cuando se enteró que Jesús estaba cenando en la casa de Simón el fariseo, fue a verlo, lavó sus pies con lagrimas, los secó con sus cabellos y los ungió con perfume. Jesús perdonó los muchos pecados de la mujer y aprovechó la situación para enseñar a todos acerca del amor y del perdón:

“ Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama.” (Lucas 7:47)

Hay una relación intrínseca entre el amor y el perdón, no se puede concebir el uno sin el otro. La mujer arrepentida alcanzó el perdón de Dios, y sus muchos pecados fueron perdonados.
Querido hermano, amada iglesia en este mes de Julio quiero que usted y su familia puedan experimentar y ejercitar el perdón de Dios y su amor. Recuerde, en primer lugar ejercite el perdón hacia su prójimo, para poder recibir luego el perdón de Dios por sus propios actos. Libérese de toda carga que lo está reteniendo, todo peso que está frenando su avance en la vida y aplique el perdón, corra hacia su nuevo destino. Estamos en la Tierra para hacer Su buena voluntad, restableciendo por medio del amor de Dios, el sacrificio de Cristo y el perdón de los pecados, el vínculo infinito que une a toda la creación con su Creador.

“Él es el sacrificio por el perdón de nuestros pecados, y no sólo por los nuestros sino por los de todo el mundo.” (1 Juan 2:2)

“Yo, yo soy el que borro tus transgresiones por amor a mí mismo, y no recordaré tus pecados.” (Isaías 43:25)

“Vengan ahora. Vamos a resolver este asunto —dice el Señor—. Aunque sus pecados sean como la escarlata, yo los haré tan blancos como la nieve. Aunque sean rojos como el carmesí, yo los haré tan blancos como la lana.” (Isaías 1:18)

“Como está de lejos el oriente del occidente, así alejó de nosotros nuestras transgresiones.” (Salmos 103:12)

“ Cuando estén orando, primero perdonen a todo aquel contra quien guarden rencor, para que su Padre que está en el cielo también les perdone a ustedes sus pecados.” (Marcos 11:25)