EL PODER DEL PERDÓN
Muchas veces la gente me pregunta: Pastor, ¿Cómo hago para perdonar a quién no siento de hacerlo? Para responder esta pregunta, primero debemos comprender ¿qué es el perdón?
Perdonar es un acto voluntario (no basado en los sentimientos ni en las emociones), por medio del cual una persona decide liberar a aquel que lo ha ofendido. En otras palabras, cuando decidimos perdonar, estamos cancelando la deuda pendiente que alguien tiene con nosotros. No significa necesariamente que hayamos olvidado lo sucedido, significa que podemos recordar lo qué pasó sin amargura ni dolor, sin heridas abiertas.
Por el contrario aquellas personas que deciden no perdonar, viven atadas al pasado. Arrastran lo sucedido a su presente cotidiano, convirtiendo la ofensa en una prisión invisible que los acompaña a donde van.
“y perdónanos nuestros pecados, así como hemos perdonado a los que pecan contra nosotros.” (Mateo 6:12) NTV
Perdonar a los demás es una condición para ser perdonados. No podemos recibir perdón del cielo si primeramente no estamos dispuestos a hacer lo mismo por los demás. La falta de perdón nos roba la paz, genera ansiedad, temores, angustia y depresión. Por el contrario perdonar libera, trae sanidad, salud, restauración, paz y descanso.
“¡El fiel amor del SEÑOR nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan. Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana.” (Lamentaciones 3:22-23) NTV