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LA UNCIÓN DE DIOS

Es el comienzo de un nuevo año, un nuevo ciclo en la vida de cada uno y quiero hablarles acerca de la unción, respondiendo a estas cuatro preguntas fundamentales: ¿Qué es la unción? ¿Por qué es importante? ¿Para qué sirve? y ¿Cómo puedo recibirla?
Antiguamente los pastores de ovejas frotaban aceite sobre las cabezas de sus ganados para protejerlos de las plagas y los insectos del campo. El aceite se deslizaba hasta la lana, lo que la hacía resbaladiza, e impedía que los insectos llegaran hasta la cabeza para lastimarlas. A este acto se lo llama unción, y tiene su origen en la protección que el pastor de ovejas realizaba sobre su ganado. De esta manera, con el pasar de los años la unción se convirtió en un símbolo de protección y cuidado.
En el libro de (Éxodo 30:22-31), podemos encontrar una serie de instrucciones que Dios le dio a Moisés para consagrar y ungir con aceite: el tabernáculo, los elementos que se utilizarían para ofrecer el servicio a Dios, y las personas encargadas de ofrecer el servicio. De esta manera podemos ver que la unción de Dios podía recaer sobre un lugar (el tabernáculo), sobre los cosas o elementos (utensillos), y sobre las personas (los sacerdotes).

La unción de Dios sobre una persona es la llenura del Espíritu Santo, que la cubre, la protege, la prepara y la equipa para enfrentar con éxito toda situación que deba atravesar en la vida.

En la Biblia tenemos varios ejemplos sobre la unción y la llenura del Espíritu Santo:
  1. El rey David: que fue ungido por el profeta Samuel, pasó de ser un simple pastor de ovejas a derrotar gigantes, vencer ejércitos enemigos, y reinar sobre Israel hasta el final de sus días.
  2. Jesús: el hijo de Dios, no podría haber llevado a cabo su propósito aquí en la tierra sin la unción de Dios sobre su vida. “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Noticia a los pobres. Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados, que los ciegos verán, que los oprimidos serán puestos en libertad, y que ha llegado el tiempo del favor del Señor” (Lucas 4:18-19) NTV
  3. Los Apóstoles: pasaron de ser simples pescadores a discípulos de Jesús, haciendo los mismos milagros que El y aún mayores. Recibieron la llenura del Espíritu Santo el día de Pentecostés y fueron hasta lo último de la tierra anunciando las buenas nuevas. Fundaron la iglesia de Cristo en el mundo y dieron su vida por el evangelio.
  4. La Iglesia: como cuerpo de Cristo guiada por el Espíritu de Dios, llevando a cabo los propósitos del cielo en el mundo, transformando vidas.
Aquellos que son ungidos se convierten en propiedad de Dios. Su presencia y cobertura los acompaña a todos lados. Son santificados y apartados para servir. Tienen la capacidad de liberar lo sobrenatural de Dios en la tierra, pueden abrir los cielos y romper todo yugo de maldición y muerte, obrar milagros, señales y prodijios. Las obras del infierno son deshechas por medio de la unción.
Ya respondimos ¿qué es la unción?, ¿por qué es importante?, y ¿para qué sirve? Ahora falta saber ¿qué debo hacer para recibirla?
La unción es para todos los hijos de Dios, y se recibe por FE. Nuestros corazones deben estar abiertos y dispuestos a ser transformados por el Espíritu Santo, hasta que se forje el carácter de Cristo en nuestro interior. Debo rendirme ante Dios sin reservas, para que El haga con mi vida como El quiera, de tal manera que pueda decir como el Apóstol Pablo:

“Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí…” (Gálatas 2:20) NTV

El cambio es interior y exterior, cambia nuestra manera de pensar, nuestra forma de ver la vida, y nuestra manera de actuar. Cuando esto sucede, comenzamos a caminar bajo la cobertura y el respaldo del cielo, llevando la cultura del reino a todos lados, haciendo que lo imposible se vuelva posible. Ya no hay derrotas ni fracasos, sino victorias permanentes porque Jehová tu Dios esta contigo.

“Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con poder, y tú profetizarás con ellos y serás una nueva persona. Cuando se cumplan estas señales que has recibido, podrás hacer todo lo que esté a tu alcance, pues Dios estará contigo.” (1 Samuel 10:6-7) NVI