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TU FE SERÁ PROBADA

(Génesis 22:1-18)
El cambio es algo inevitable en la vida. Toda la creación se rige por tiempos, estaciones y ciclos. Lo mismo sucede con el ser humano. Desde el momento en que el hombre nace hasta el momento en que muere, su cuerpo sufre cambios constantes. Aún así, al ser humano le cuesta adaptarse a los cambios. Por lo general no son bien recibidos. Todo aquello que mueve al hombre de su zona de confort le provoca inseguridad, ansiedad y temor.

“Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina.” (2 Timoteo 1:7) NTV

Cuando hablamos de fe, no podemos dejar de mencionar la historia de Abraham. La Biblia lo llama “el padre de la fe”. Su recompensa fue grande porque Abraham no sólo creyó a Dios, sino que además le obedeció, aún cuando todas las circunstancias a su alrededor decían lo contrario.
La fe de Abraham fue probada, una y otra vez. Pero en cada desafío, Abraham crecía en conocimiento de Dios y en autoridad. En la soledad de la prueba se desarrolla nuestro carácter, allí aprendemos a confiar en el amor eterno de Dios por nosotros y conocemos su fidelidad.
Cuando Abraham tenía 75 años Dios le prometió que le daría un hijo. Pasaron diez años y la promesa no se cumplía. Pasaron diez años más, Abraham ya tenía 95 años y la promesa seguía sin cumplirse. Pasaron 25 años desde que Dios le hizo la promesa hasta su cumplimiento. A los 100 años, Abraham y su mujer estéril de 90 años tuvieron a Isaac.

Cuando Dios promete algo, lo cumple. No importa el tiempo natural que tome el cumplimiento de su promesa. Si Dios prometió algo, esa promesa se cumplirá.

Dios probó la fe y la obediencia de Abraham pidiéndole que sacrifique aquello que más amaba. A veces las pruebas pueden parecer crueles, hasta ilógicas, pero debemos aprender a confiar en el amor eterno de Dios por nosotros. Para cada prueba, para cada situación que te toque atravesar, hay un propósito mayor.

—¡No pongas tu mano sobre el muchacho! —dijo el ángel—. No le hagas ningún daño, porque ahora sé que de verdad temes a Dios. No me has negado ni siquiera a tu hijo, tu único hijo. (Génesis 22:12) NTV

Abraham se dio vuelta y a sus espaldas estaba la provisión de Dios para el sacrificio. Para los hijos de Dios la respuesta ante la crisis e incertidumbre es: “Jehová-Jireh”: Dios proveerá. Los tesoros del cielo están abiertos para los hijos del Señor. El proveerá en abundancia, sus recursos no tienen límite.
Todo aquello que se presente en tu vida como un desafío, es una oportunidad única para obedecer y poner tu fe en obra. Todos somos probados, pero no todos pasamos la prueba. La obediencia de Abraham tuvo su recompensa. Por medio de él fueron benditas todas las naciones de la tierra.

“El Señor dice: Ya que me has obedecido y no me has negado ni siquiera a tu hijo, tu único hijo, juro por mi nombre que ciertamente te bendeciré” (Génesis 22:16) NTV

El amor de Dios por nosotros es tan grande e incomprensible, que no negó ni siquiera a su único hijo. Nos amó de tal manera, que entregó su vida para salvarnos. Ése es el amor que nos fortalece en medio de la prueba, ése es el ancla que nos mantiene firmes en medio de la incertidumbre.

“Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16) NTV