Categoría: Mensajes

  • ENTENDIENDO LOS TIEMPOS

    ENTENDIENDO LOS TIEMPOS

    “El que guarda el mandamiento no conocerá el mal. El corazón del sabio conoce el tiempo y el proceder.” (Eclesiastés 8:5) RVR
    Ser entendido en los tiempos significa conocer el cómo y el cuándo. Hay gente que vive el último mes del año de manera apresurada, corriendo de un lugar para el otro, programando festejos con amigos, compañeros del trabajo, de la oficina y parientes. Viven el último mes del año de agitados, sin tomarse un tiempo para hablar con Dios y reflexionar acerca de sus caminos.
    En cuatro semanas más comenzará un nuevo año, y es importante que antes que comience el año 2020, nuestro corazón, nuestra mente y nuestro espíritu estén alineados con los planes de Dios.
    Cuando Dios habló a Abram, le pidió que levantara su mirada para observar tan lejos como pudiera. Los planes de Dios para nosotros siempre son mayores de lo que podemos imaginar. Así es el amor de nuestro Padre celestial por nosotros. Él quiere inspirarnos, quiere llevarnos a un nivel mayor de bendición, por eso nos pide que levantemos nuestra mirada.
    “Después de que Lot se fue, el Señor le dijo a Abram: «Mira lo más lejos que puedas en todas las direcciones: al norte y al sur, al oriente y al occidente.” (Génesis13:14) NTV
    VISIÓN PROFÉTICA: La mirada hacia abajo nos permite ver únicamente nuestro presente, aquello que ya conocemos. Si queremos ser entendidos en los tiempos debemos aprender a levantar nuestra mirada en fe, hablar con Dios para conocer sus planes para nuestra vida, y decidir en base a su buena voluntad.
    “Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo.” (Jeremías 29:11) DHH
    PALABRA PROFÉTICA: Cuando separamos tiempo para estar a solas con Dios y abrimos nuestro corazón para oír el silbo apacible de su voz, recibimos paz y dirección para caminar con seguridad.
    “Yo te doy toda esta tierra, tan lejos como alcances a ver, a ti y a tu descendencia como posesión permanente.” (Génesis 13:15) NTV
    ACTO PROFÉTICO: Abram no se quedó únicamente con la promesa, fue obediente y accionó en base a la promesa recibida. Si recibiste una palabra de parte de Dios, no te quedes de brazos cruzados esperando que las cosas simplemente sucedan. ¡La tierra prometida se conquista! Comienza a caminar en las promesas de Dios para tu vida.
    “Recorre toda la tierra en cada dirección, pues yo te la entrego.” (Génesis 13:17) NTV
    BENDICIÓN PROFÉTICA: En la obediencia está la bendición. Abram obedeció a Dios, levantó su campamento y fue al lugar que Dios le indicó. La bendición de Dios no fue sólo para Abram, sino para sus generaciones. Por medio de él fueron benditas todas las familias de la Tierra. Cuando caminamos en obediencia, y damos pasos firmes en la dirección que Dios nos envió, la conquista de la tierra prometida está garantizada. La bendición de Dios es plena para quienes deciden caminar tomados de su mano. Somos bendecidos para bendecir. Su presencia irá contigo, y nadie te podrá hacer frente.
    “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé.” (Josué 1:5) RVR
  • JESÚS EL LIBERTADOR

    JESÚS EL LIBERTADOR

    “Jehová es mi pastor, nada me faltará.” (Salmo 23:1) RVR
    Siempre fue el propósito de Dios que el hombre viva de manera plena, caminando a su lado en bendición, disfrutando de la comunión de su presencia sin escasez de ningún tipo. La caída del hombre en el huerto del Edén, abrió la puerta para que el hambre, la desnudez, la escasez, la muerte y la enfermedad azotaran al hombre. Pero para cada mal que el diablo generó, Dios ya tenía preparado un antídoto universal, eficaz y eterno. Ese antídoto se llama JESUCRISTO, nuestro “Gran Libertador”. La obra de Cristo en la cruz es completa. Él es nuestro libertador, en el cuerpo, en el alma y en el espíritu.
    CUERPO: Sanó todas nuestras dolencias y enfermedades. (Isaías 53:4)
    ALMA: Pagó con su propia sangre el precio de rescate por nuestra alma. (Juan 3:16)
    ESPÍRITU: “Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!»” (Romanos 8:15)
    Esta libertad que experimentamos los cristianos por medio de Jesucristo se aplica en todas las áreas de la vida, entre ellas la económica.
    Un día, Jesús estaba enseñando a las multitudes a la orilla del mar. Eran tantas las personas que se habían acercado que decidió subirse a una barca para seguir enseñando. Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón: —Ahora ve a las aguas más profundas y echa tus redes para pescar.
    “—Maestro —respondió Simón—, hemos trabajado mucho durante toda la noche y no hemos pescado nada; pero si tú lo dices, echaré las redes nuevamente.” (Lucas 5:5) NTV
    Debemos aprender a escuchar la voz de Dios. Más allá de lo que diga nuestra experiencia, o nuestro limitado conocimiento humano. Tampoco importa si parece ilógico, o si las circunstancias que nos rodean dicen lo contrario. La bendición de Dios está en la obediencia a su Palabra.
    “Y esta vez las redes se llenaron de tantos peces ¡que comenzaron a romperse!” (Lucas 5:6) NTV
    Jesús es tu libertador. Él vino para romper y deshacer toda cadena de esclavitud que está atando la economía de tu familia. Él quiere darte una visión nueva para que puedas ver un futuro allí donde ves derrota. Su Espíritu nos da la confianza, el valor y la seguridad para emprender cuando el fracaso, la duda y el temor, intentan paralizarnos.
    “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” (2 Timoteo 1:7) RVR
    Fue tan grande el milagro de provisión divina, que tuvieron que pedir ayuda a otra barca para no hundirse por el peso de los peces en la red. Las bendiciones de Dios son plenas y abundantes. No llegaron de casualidad, Simón se encontró con Jesús cuando estaba TRABAJANDO. Fue su barco el que permitió que Jesús predicara a las multitudes desde la orilla, y fue su barco también el que recibió el milagro de la provisión divina luego de haber intentado pescar toda la noche. A veces creemos que lo que tenemos en nuestras manos es poco, otras veces ya lo hemos intentado todo (como en el caso de Simón) y pensamos que no hay respuesta. Pero ese mismo día, mientras Simón se encontraba lavando las redes vacías luego de una noche larga sin pescar nada, Jesús se subió a la barca.
    Cuando Jesús se sube a tu barca, todo cambia. Lo imposible se vuelve realidad. Las cadenas de esclavitud que te aprisionaban se rompen, y te hace verdaderamente ¡LIBRE!
    Pero el mayor milagro que experimentó Simón ese día no fue la pesca milagrosa, sino el llamado a convertirse en discípulo de Cristo.
    “No temas; desde ahora serás pescador de hombres —le dijo Jesús a Simón. Así que llevaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, siguieron a Jesús.” (Lucas 5:10-11) NVI
    Cuando “el libertador” se sube a tu barca ya nada es igual. No sólo se rompieron las cadenas de esclavitud económica y de escasez que Simón estaba experimentando. Ese día su vida adquirió un nuevo sentido. Desde ese momento en adelante Simón – Pedro se convirtió en discípulo de Cristo y pescador de almas. Su destino fue mudado al dejarlo todo y seguir a Cristo.
    “Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes son verdaderamente libres.” (Juan 8:36) NTV
  • CANCELANDO LAS DEUDAS

    CANCELANDO LAS DEUDAS

    Todo deudor es esclavo de su acreedor. Hoy en día el ser humano sigue sufriendo diferentes tipos de esclavitud:
    • EMOCIONALES: Situaciones de conflicto no resueltas entre personas. Falta de perdón, enojos, ira, envidia, celos, contiendas. Relaciones rotas.
    • DEUDAS CON UNO MISMO: Sueños que nunca se cumplieron. Metas y objetivos que pensabas lograr en determinada etapa de tu vida, y todavía no alcanzaste.
    • DEUDAS MATERIALES: Obligaciones de pagar o devolver a alguien por la entrega de algún bien o servicio.
    • DEUDAS CON DIOS: Todos nacemos con un propósito específico dado por Dios, pero no todos tomamos la decisión de llevarlo a cabo.
    “Los ricos son los amos de los pobres; los deudores son esclavos de sus acreedores” (Proverbios 22:7) NVI
    Las deudas son causas pendientes abiertas en tu contra que otorgan derechos sobre tu persona al acreedor. Tarde o temprano, toda causa pendiente vendrá contra tu vida a cobrarse aquello que se le debe. Jesús vino a darnos vida, y vida en abundancia. Él quiere que nosotros experimentemos la abundancia y plenitud de su libertad en todas las áreas de la vida.
    “Así que si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres.” (Juan 8:36) NVI
    En el libro de (2 Reyes 4:1-7) nos cuenta la historia de una mujer viuda. Ella había sufrido recientemente la muerte de su esposo y había heredado una deuda imposible de pagar, estaba en crisis. En esa época era costumbre que los acreedores se llevaran a los hijos del deudor como esclavos por la falta de pago de lo adeudado. La mujer desesperada acudió al profeta Eliseo solicitando su ayuda.
    “Eliseo le preguntó: —¿Qué puedo hacer por ti? Dime qué tienes en casa. Ella le contestó: -Esta servidora de usted no tiene nada en casa, excepto un jarrito de aceite.” (2 Reyes 4:2) DHH
    Cuando Dios nos hizo, nos creó de manera completa. Proveyó a nuestras vidas todo lo que necesitamos para llevar adelante su propósito en la Tierra. La viuda estaba desesperada, acudió al profeta en busca de una respuesta, creía que la solución a sus necesidades vendrían de afuera. Sin embargo, la solución a sus problemas ya había sido provista por Dios, estaba en su propia casa.
    “Entonces Eliseo le dijo: —Pues ve ahora y pide prestados a tus vecinos algunos jarros, ¡todos los jarros vacíos que puedas conseguir! Luego métete en tu casa con tus hijos, cierra la puerta y ve llenando de aceite todos los jarros y poniendo aparte los llenos.” (2 Reyes 4:3-4) DHH
    No menosprecies aquello que Dios ya ha puesto en tu vida. El puede tomar lo escaso y convertirlo en abundante. Lo poco que tu tienes, en las manos de Dios no tiene límites. Hasta donde tu fe alcance, Dios puede obrar. ¿Hay vasijas vacías en tu casa? ¿Hay algún área en tu vida con un hueco imposible de llenar por tus propios medios? Dios es el Dios de lo imposible, Él es el Dios creador de los cielos y la tierra, Él llena con su esencia aquello que aún no existe.
    El milagro que esperas no está afuera de ti, está a tu alcance. Aquello que necesitas para lograr tus objetivos ya ha sido provisto por Dios a tu vida.
    En otra oportunidad, Jesús le pidió a sus discípulos que le dieran de comer a la multitud. Ellos, al igual que la viuda también dijeron: “no tenemos nada, excepto… unos panes y unos pocos peces”.
    Dios trabaja con aquello que viene después del “excepto…”. Aquello que necesitas para tu milagro ya ha sido puesto por Dios en tus manos. Hasta donde puedas creer, Dios puede hacer.
    Cuando David mató al gigante, no tenía nada en sus manos excepto… una honda. La misma honda que utilizaba para proteger a sus ovejas cuando las llevaba al pastar el en campo. El rey Saúl intentó ponerle su armadura, pero era imposible lograr la conquista con las herramientas de otro.
    Yo te pregunto: ¿qué es lo que Dios ha puesto en tus manos? Eso es lo que Él quiere utilizar para bendecir y prosperar tu vida. Prosperarás y serás un canal de bendición para otros.
    La viuda llenó todos los jarros que había conseguido. En el instante en que se acabaron los jarros, cesó el aceite. Con todo el aceite que juntó, no sólo canceló todas sus deudas, sino que también tuvo suficiente para sustentar a su familia. Ninguno de los temores que azotaron la mente de la viuda llegaron a cumplirse. El poder de Dios es más grande que cualquiera de tus temores. El milagro de Dios estaba a su alcance.
    La medida de tu fe determinará la grandeza del milagro de Dios.
    “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel.” (Isaías 61:1) RVR
  • DIOS PROSPERA A SUS HIJOS

    DIOS PROSPERA A SUS HIJOS

    El plan de Dios para su creación siempre fue de prosperidad y bendición. Cuando formó al hombre y a la mujer, los colocó en el huerto del Edén, lugar de abundancia y prosperidad. Este fue su plan desde el principio y lo sigue siendo al día de hoy. Dios quiere que el hombre viva fuerte, sano, próspero, bendecido y que sea de bendición para los demás.
    La Biblia nos enseña que Satanás vino a robar, matar y destruir. Su propósito desde el principio, ha sido rebelarse contra de Dios y toda su creación. La Biblia lo llama el Adversario.
    “El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.” (Juan 10:10) NVI
    Si hay escasez en tu vida, no es consecuencia de los planes de Dios para ti, es consecuencia de los planes del infierno para el hombre. Hay momentos en la vida del cristiano, temporadas, en las que tocará atravesar desiertos. Pero las temporadas tienen un comienzo y un final, no están destinadas a ser permanentes. Los desiertos que el cristiano experimenta nunca son un destino final. Son sólo lugares de paso, donde Dios trata con nuestros corazones camino a la tierra prometida. El pueblo de Israel anduvo vagando po5 el desierto durante cuarenta años debido a la dureza de su corazón. Sin embargo, la mano de Dios nunca se apartó de ellos. Su presencia los acompañaba de día y de noche. Aún en medio de la sequedad absoluta, Dios se encargó que nunca les faltara la provisión divina a sus hijos.
    “Durante cuarenta años te guié por el desierto, sin embargo, ni tu ropa ni tus sandalias se gastaron. No comiste pan ni bebiste vino ni otra bebida alcohólica, pero él suplió tus necesidades para que supieras que él es el Señor tu Dios.” (Deuteronomio 29:5-6) NTV
    Un ejemplo claro de la prosperidad que Dios desea para sus hijos lo podemos ver en la vida de Isaac, hijo de Abraham. Isaac era “el hijo de la promesa”, el sueño de descendencia que su padre Abraham no podía concebir. Dios le permitió concebir con su esposa de manera milagrosa un hijo, y por medio de Isaac le otorgó una descendencia tan amplia como las estrellas del cielo. “El hijo de la promesa” era portador de bendición, y allí donde el iba la bendición de Dios lo seguía.
    “Cuando Isaac sembró sus cultivos ese año, cosechó cien veces más grano del que había plantado, porque el Señor lo bendijo. Se hizo muy rico, y su riqueza siguió aumentando.” (Génesis 26:12-13) NTV
    Isaac era un emprendedor. Los emprendedores no son personas conformistas, tienen sueños, ideas, proyectos, y trazan un plan para llevarlos a cabo. Allí donde Isaac iba, cavaba un pozo y encontraba agua.
    “Los siervos de Isaac también cavaron en el valle de Gerar y descubrieron un pozo de agua fresca; pero después, los pastores de Gerar llegaron y reclamaron el manantial. «Esta agua es nuestra», dijeron ellos, y discutieron sobre el pozo con los pastores de Isaac.” (Génesis 26:19-20) NTV
    El espíritu contrario al emprendedor es “el conformismo”. Isaac no se quedó esperando que le llueva una bendición del cielo. Muy por el contrario, Isaac se arremangó, tomó una pala y ¡se puso a trabajar! Las bendiciones de Dios no se esperan, se buscan. Es momento de emprender aquel sueño que tienes postergado. Dios bendecirá lo que hagas, Él recompensará tu esfuerzo. Donde otros fracasaron, tu encontrarás un manantial.
    Cada vez que Isaac cavaba un pozo encontraba agua fresca. Quiere decir que el agua siempre estuvo allí, esperando ser hallada por un emprendedor; esperando que un hombre de fe no se conformara a las circunstancias, esperando que alguien accione, esperando que alguien TOME UNA PALA.
    Hay manantiales de agua fresca preparados de antemano por Dios para bendecir tu vida en medio del desierto. No importa lo que las circunstancias a tu alrededor digan, no importa si los demás lo intentaron y no lo lograron, LOS HIJOS DE DIOS SOMOS PORTADORES DE BENDICIÓN, PORTADORES DE PROMESA.
    Los filisteos no trabajaban la tierra, se habían conformado con la sequedad y la escasez del desierto. Pero cuando Isaac cavaba pozos y encontraba agua, enseguida se aparecían para reclamar la propiedad de aquello que no habían trabajado. ¿Le suena conocida la historia? Gente que no trabaja y quiere apropiarse de los frutos del trabajo que otro realiza (cualquier parecido con la situación que vive nuestro país es una mera coincidencia).
    Isaac evitó el conflicto, sabía que la bendición de Dios estaba sobre su vida y que lo seguiría a donde fuera. Por eso entregó esos pozos y fue a otro territorio, donde volvió a cavar la tierra y nuevamente encontró agua. Es natural que la bendición de Dios sobre sus hijos despierte envidia en aquellos que se conforman con la pasividad, la escasez y la aridez del desierto. Primero intentarán tapar tu pozo tirando tierra sobre el. Luego, cuando vean que eso no es suficiente y que la bendición de Dios sigue estando sobre tu vida, intentarán apropiarse de tu bendición. Pero los hijos de Dios no estamos llamado a entrar en conflicto, sino a amar y a bendecir al prójimo, predicando con nuestro propio ejemplo acerca del amor, el perdón, y la misericordia de Dios para con los hombres por medio de Jesucristo.
    “Si alguien te exige el abrigo, ofrécele también la camisa. Dale a cualquiera que te pida; y cuando te quiten las cosas, no trates de recuperarlas. Traten a los demás como les gustaría que ellos los trataran a ustedes.” (Lucas 6:29-31) NTV
    Los hijos de Dios debemos tener en claro cuál es nuestro propósito. La vida es un regalo del cielo. El Adversario intentará robarnos ese tiempo como sea: (con juicios, reclamos, contiendas, peleas) pero los hijos de Dios estamos para bendecir. Somos llamados a transformar la realidad que nos rodea, trayendo el cielo a la tierra. Somos un canal de bendición, somos bendecidos para bendecir. Que nada te aparte de tu verdadero propósito.
    La bendición sobre Isaac era tan grande, que aún a pesar de los muchos intentos de los filisteos por frenarlo, no pudieron con el. Isaac se volvió tan rico, grande y poderoso, que el rey Abimelec le propuso hacer un tratado de paz. La bendición sobre él, su familia y sus descendientes era tan evidente, que el enemigo tuvo que reconocerlo. El rey Abimelec juró no interferir más en sus asuntos.
    Viene una promoción grande a tu vida. La bendición de Dios está con sus hijos. No importa lo que las circunstancias digan, no importa cuántos obstáculos el enemigo quiera poner en tu camino. Cuando caminas en obediencia bajo la cobertura del Omnipotente, podrás encontrar fuentes de agua en medio del desierto. TU VIDA SE CONVERTIRÁ EN UN MANANTIAL DE AGUA FRESCA, Y SERÁS DE BENDICIÓN A TODOS A TU ALREDEDOR.
  • LA MENTE – El campo de batalla favorito del enemigo (Pr. Dominic Yeo)

    LA MENTE – El campo de batalla favorito del enemigo (Pr. Dominic Yeo)

    El hombre se convierte en aquello que piensa. Si quieres saber cómo será tu futuro, dime qué pensamientos están ocupando tu mente hoy, y tendrás una imagen bastante cercana de aquello en lo que te convertirás.
    Somos el reflejo de nuestros pensamientos. Hacemos lo que pensamos.
    Tus pensamientos gobiernan tus acciones, y tus acciones determinan tu futuro. Cada paso que uno da en la vida, cada decisión que uno toma, pasa previamente por el filtro de la mente. Son nuestras ideas y pensamientos los que moldean nuestra realidad.
    “Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de su mal corazón. Lo que uno dice brota de lo que hay en el corazón.” (Lucas 6:45) NTV
    Tu manera de pensar cambiará tu destino. Si comienzas a pensar como un hijo de Dios, activando la FE en la Palabra de Dios, declarando sus promesas, creyendo que cada una de ellas se hará realidad en tu vida, no habrá nada que no puedas lograr. Tus declaraciones te llevarán a poseer la tierra prometida.
    “Pero los demás hombres que exploraron la tierra con él, no estuvieron de acuerdo: —¡No podemos ir contra ellos! ¡Son más fuertes que nosotros! Hasta había gigantes, los descendientes de Anac. ¡Al lado de ellos nos sentíamos como saltamontes y así nos miraban ellos!».” (Números 13:31, 33) NTV
    Tus pensamientos determinan tus declaraciones. Aquello que confiesas y declaras con tu boca, define tu manera de ver la realidad y condiciona tu accionar en base a tu visión. Una mente renovada que te llevará al próximo nivel de ascenso en tu vida, es una mente que declara por fe las habilidades que te llevarán a la conquista de tu tierra prometida. Si declaras negatividad, escucharás negatividad, tu corazón se llenará de temor y tus acciones serán el resultado de esa negatividad. Lo que confieses, lo que declares, determinará tus accionar.
    “No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2) NTV
    La presencia de Dios erradica la negatividad. Una mentalidad de conquista que te llevará al próximo nivel, viene como consecuencia de escuchar la Palabra de Dios y buscar su presencia. Dios habita en medio de la alabanza de su pueblo.
    Todos tenemos desafíos en la vida, pero no hay gigante que no podamos vencer. Siempre debemos confesar que nuestro Dios es más grande que cualquier cosa que se quiera parar delante nuestro. Dios tiene poder para hacer su obra en nosotros más superabundantemente de lo que pensamos o imaginamos.
  • RENOVANDO LAS VESTIDURAS

    RENOVANDO LAS VESTIDURAS

    Resulta fácil distinguir un policía de un bombero, un doctor, de un astronauta, un piloto de avión de un paracaidista. Cada uno de ellos lleva una vestimenta apropiada, específicamente creada para llevar a cabo su labor. En algunos casos como el de la policía, los bomberos o los militares, en sus vestimentas podemos también distinguir el rango de autoridad que detentan y la formación que poseen.
    En la vida espiritual sucede algo similar. Hay vestiduras celestiales especialmente creadas por Dios para ser utilizadas por sus hijos en tiempos específicos, conforme a la tarea que cada uno deba realizar. Éstas son algunas de ellas:
    1. VESTIDURA SACERDOTAL: Aarón “Hazle a Aarón vestiduras sagradas que irradien belleza y esplendor” (Éxodo 28:2) NTV
    2. VESTIDURA DE GOBIERNO: José “Luego el faraón se quitó de la mano el anillo con su sello oficial y lo puso en el dedo de José; lo vistió con ropas de lino de la mejor calidad y le puso un collar de oro.” (Génesis 41:42) NTV
    3. VESTIDURA DE UNCIÓN: Elías “Entonces Eliseo tomó el manto de Elías, el cual se había caído cuando fue llevado, y regresó a la orilla del río Jordán.” (2 Reyes 2:13) NTV
    4. VESTIDURA MINISTERIAL: Zacarías “Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala.” (Zacarías 3:4) RVR
    5. VESTIDURA PROFÉTICA: Juan el Bautista “Juan usaba ropa tejida con pelo rústico de camello y llevaba puesto un cinturón de cuero alrededor de la cintura. Se alimentaba con langostas y miel silvestre.” (Mateo 3:4) NTV
    6. VESTIDURA DE REDENCIÓN: Jesús “Una vez que los soldados terminaron de crucificarlo, tomaron la ropa de Jesús y la dividieron en cuatro partes, una para cada uno de ellos. También tomaron la túnica, la cual no tenía costura y había sido tejida de arriba a abajo en una sola pieza.” (San Juan 19:23) NTV
    7. VESTIDURA DEL CRISTIANO: “Pónganse toda la armadura de Dios para poder mantenerse firmes contra todas las estrategias del diablo.” (Efesios 6:11) NTV
    “Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.” (Mateo 27:35) RVR
    Jesús fue despojado de sus propias vestiduras para que nosotros podamos ser vestidos de la nueva naturaleza divina por medio de su sacrificio.
    “Vístanse con la nueva naturaleza y se renovarán a medida que aprendan a conocer a su Creador y se parezcan más a él.” (Colosenses 3:10) NTV
  • RENOVANDO LA MENTE

    RENOVANDO LA MENTE

    “No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar” (Romanos 12:2) NTV
    El enemigo número uno de la renovación es el conformismo. Cuando la persona se conforma, se detiene en la vida. Esto es absolutamente contrario a la voluntad de Dios para nosotros. Todo cristiano es una obra en construcción permanente. Todos los días somos transformados de gloria en gloria, conforme a la imagen de nuestro Señor.
    “Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva.” (Filipenses 1:6) NTV
    Antes de fin de año tu vida dará un paso de fe. Avanzarás hacia los propósitos que Dios creó para tu vida. Nada podrá detener aquello que Dios planeó. El cristiano no se deja persuadir por las circunstancias que lo rodean. Las malas noticias no determinan su curso de acción, es la fe la que determina cada paso del cristiano. Dios es nuestra fuente. Él es nuestro Padre celestial, dueño de todo lo creado. Aún lo que no es, comienza a existir por el poder creativo de su palabra.
    “En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes.” (Efesios 4:23) NTV
    La renovación de la mente significa pensar como Cristo. Cuando el espíritu de Dios renueva nuestros pensamientos comenzamos a pensar como Jesús lo hacía, obramos como el Hijo de Dios obraba. Tener la mente de Cristo significa pensar conforme a los principios del reino. Si cambia tu manera de pensar, cambian las decisiones que tomas en la vida. Si cambian tus decisiones, cambia tu manera de vivir. Tu nueva versión está vestida de justicia y verdad. Deshecha lo malo, y trae el reino de los cielos a la Tierra.
    “Pero nosotros tenemos el Espíritu de Dios, y por eso pensamos como Cristo.” (1 Corintios 2:16) TLA
    El Espíritu Santo nos enseña a pensar como Cristo, cambia nuestro ser y nos ayuda en nuestras debilidades. Si cambiamos nuestra manera de pensar dando lugar al Espíritu de Dios, nuestras decisiones en la vida cambiarán, nuestras obras serán conforme a la perfecta voluntad de Dios, y nuestro carácter será transformado para convertirnos en representantes vivos de Jesucristo en la Tierra.
    “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” (Gálatas 5:22) RVR
  • LAS COLUMNAS QUE SOSTIENEN TU VIDA

    LAS COLUMNAS QUE SOSTIENEN TU VIDA

    Todo cristiano que desee alcanzar el éxito en la vida deberá encontrar apoyo en ciertos pilares que lo sostendrán en los momentos de inestabilidad e incertidumbre. Las columnas de una edificación son la parte del edificio que recibe el peso de la estructura. Sin ellas la construcción se vendría abajo, todo colapsaría. No importa cuán bellas sean las paredes, las puertas, las ventanas, son las columnas las que brindan sostén y equilibrio al peso de una casa.
    Lo mismo sucede en la vida del cristiano. Todo lo que edifiquemos, si deseamos que sea de bendición para otros, debe sostenerse en ciertos pilares que brindarán estabilidad y sustento al edificio. Éstas son cuatro columnas que yo destaco:
    LA PRIMER COLUMNA ES LA FE:
    La relación del hombre con Dios parte de la fe. Para poder establecer una relación fuerte y sólida con nuestro Creador, primero debemos creer que El existe, luego procurar alimentar esa relación con El, nutrirla. Por último, si estamos dispuestos a alcanzar algo en la vida, debemos creer que aquello que nos propongamos es posible, aún cuando las circunstancias a nuestro alrededor digan lo contrario. Eso es la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1)
    “De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad.” (Hebreos 11:6) NTV
    LA SEGUNDA COLUMNA ES LA ESPERANZA:
    Estamos viviendo tiempos difíciles en la Argentina. ¿Cuándo no fue así? Si hay algo que sabe hacer el argentino es levantarse y salir adelante. Todo argentino, por el sólo hecho de ser tal posee un carnet de timonel y piloto de tormentas. Las diferentes crisis económicas sufridas en Argentina nos prepararon para poner el pecho y salir adelante ante cualquier adversidad. Pero los hijos de Dios contamos con una cobertura extra, una que nos brinda garantía de protección y cuidado contra todo riesgo, la tranquilidad de saber que Dios está de nuestro lado. Él es nuestra esperanza, Él es nuestra fortaleza.
    “Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel.” (Joel 3:16) RVR
    LA TERCER COLUMNA ES EL ESPÍRITU SANTO:
    Quienes me conocen saben que siempre doy el mismo consejo: “No comiences ningún día sin antes consultar al Espíritu Santo.” Mi consejo es simple: “Al despertarse, salga de la cama y antes de dar un solo paso, póngase de rodillas a buscar la presencia de Dios.” Que sea Él quien dirija sus pasos. Que sea Él quien lo advierta de las situaciones que van a suceder en el día. Dios siempre tiene la mejor estrategia para enfrentar cualquier circunstancia.
    “Entrega al Señor todo lo que haces; confía en él, y él te ayudará.” (Salmos 37:5) NTV
    LA CUARTA COLUMNA ES UN CORAZÓN LIMPIO:
    No permitamos que la mancha del pecado nos aleje de nuestra relación con Dios. Los hijos de Dios debemos caminar con integridad, esto quiere decir: ser enteros, de una sola pieza. Sin grietas. No podemos darnos el lujo de ser de una manera en la iglesia, y de otra en la casa, o en el trabajo, o en nuestra intimidad. Aquella persona que desee llegar lejos, deberá procurar de continuo la higiene espiritual que sólo la sangre de Cristo nos puede brindar. Es Él quien restaura nuestra vida y hace nuevas todas las cosas.
    “Si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado.” (1 Juan 1:7) NTV
    Pastor, Enrique Strohschein (Presidente nacional Unión de las Asambleas de Dios)
  • TU FE SERÁ PROBADA

    TU FE SERÁ PROBADA

    TU FE SERÁ PROBADA

    (Génesis 22:1-18)
    El cambio es algo inevitable en la vida. Toda la creación se rige por tiempos, estaciones y ciclos. Lo mismo sucede con el ser humano. Desde el momento en que el hombre nace hasta el momento en que muere, su cuerpo sufre cambios constantes. Aún así, al ser humano le cuesta adaptarse a los cambios. Por lo general no son bien recibidos. Todo aquello que mueve al hombre de su zona de confort le provoca inseguridad, ansiedad y temor.

    “Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina.” (2 Timoteo 1:7) NTV

    Cuando hablamos de fe, no podemos dejar de mencionar la historia de Abraham. La Biblia lo llama “el padre de la fe”. Su recompensa fue grande porque Abraham no sólo creyó a Dios, sino que además le obedeció, aún cuando todas las circunstancias a su alrededor decían lo contrario.
    La fe de Abraham fue probada, una y otra vez. Pero en cada desafío, Abraham crecía en conocimiento de Dios y en autoridad. En la soledad de la prueba se desarrolla nuestro carácter, allí aprendemos a confiar en el amor eterno de Dios por nosotros y conocemos su fidelidad.
    Cuando Abraham tenía 75 años Dios le prometió que le daría un hijo. Pasaron diez años y la promesa no se cumplía. Pasaron diez años más, Abraham ya tenía 95 años y la promesa seguía sin cumplirse. Pasaron 25 años desde que Dios le hizo la promesa hasta su cumplimiento. A los 100 años, Abraham y su mujer estéril de 90 años tuvieron a Isaac.

    Cuando Dios promete algo, lo cumple. No importa el tiempo natural que tome el cumplimiento de su promesa. Si Dios prometió algo, esa promesa se cumplirá.

    Dios probó la fe y la obediencia de Abraham pidiéndole que sacrifique aquello que más amaba. A veces las pruebas pueden parecer crueles, hasta ilógicas, pero debemos aprender a confiar en el amor eterno de Dios por nosotros. Para cada prueba, para cada situación que te toque atravesar, hay un propósito mayor.

    —¡No pongas tu mano sobre el muchacho! —dijo el ángel—. No le hagas ningún daño, porque ahora sé que de verdad temes a Dios. No me has negado ni siquiera a tu hijo, tu único hijo. (Génesis 22:12) NTV

    Abraham se dio vuelta y a sus espaldas estaba la provisión de Dios para el sacrificio. Para los hijos de Dios la respuesta ante la crisis e incertidumbre es: “Jehová-Jireh”: Dios proveerá. Los tesoros del cielo están abiertos para los hijos del Señor. El proveerá en abundancia, sus recursos no tienen límite.
    Todo aquello que se presente en tu vida como un desafío, es una oportunidad única para obedecer y poner tu fe en obra. Todos somos probados, pero no todos pasamos la prueba. La obediencia de Abraham tuvo su recompensa. Por medio de él fueron benditas todas las naciones de la tierra.

    “El Señor dice: Ya que me has obedecido y no me has negado ni siquiera a tu hijo, tu único hijo, juro por mi nombre que ciertamente te bendeciré” (Génesis 22:16) NTV

    El amor de Dios por nosotros es tan grande e incomprensible, que no negó ni siquiera a su único hijo. Nos amó de tal manera, que entregó su vida para salvarnos. Ése es el amor que nos fortalece en medio de la prueba, ése es el ancla que nos mantiene firmes en medio de la incertidumbre.

    “Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16) NTV

  • EL RENUEVO DE DIOS

    EL RENUEVO DE DIOS

     

    EL RENUEVO DE DIOS

    Antes de nacer en este mundo físico y material, Dios nos conocía. Él ya había creado nuestra alma y nuestro espíritu en los cielos, asignando un propósito especial a cada uno.

    “—Te conocía aun antes de haberte formado en el vientre de tu madre; antes de que nacieras, te aparté y te nombré mi profeta a las naciones.” (Jeremías 1:5) NTV

    Este fue el llamado que recibió Jeremías cuando era aún muy joven. Su corta edad lo hacía dudar de su propósito, no se creía calificado para llevar a cabo el plan que Dios le había confiado. Generalmente cuando Dios nos llama lo primero que hacemos es poner excusas. Nos vemos conforme a nuestras limitaciones, conforme a la altura de nuestras debilidades.

    “—Oh Señor Soberano —respondí—. ¡No puedo hablar por ti! ¡Soy demasiado joven!” (Jeremías 1:6) NTV

    El temor, las inseguridades, las dudas, nos colocan en una posición contraria a la fe. Nos llevan a cuestionar la voluntad de Dios, como si nuestra comprensión de la realidad pudiera ser superior a la de nuestro Padre eterno. Viene un renuevo a tu vida para que comiences a verte como Dios te ve, de manera que puedas alcanzar todos los planes que Dios tiene para tu vida.

    “Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca.” (Jeremías 1:9) RVR

    Dios pondrá su Palabra en tu boca. Lo que Dios dice se cumple. Su Palabra tiene poder creativo para generar aquello que no es, y dar vida a aquello que está muerto.

    “No le tengas miedo a la gente, porque estaré contigo y te protegeré. ¡Yo, el Señor, he hablado!” (Jeremías 1:8) NTV

    En medio de la desesperanza, el cristiano posee un blindaje divino. Las promesas de Dios en su Palabra son un vallado que nos protejen y sostienen ante cualquier adversidad. No importa lo que el enemigo esté planificando para destruir tu futuro, el pueblo de Dios es guardado de todo mal.

    “—Así es —dijo el Señor—, y eso significa que yo estoy vigilando y ciertamente llevaré a cabo todos mis planes.”(Jeremías 1:12) NTV

    En tiempos de inseguridad e incertidumbre, el cristiano debe renovar sus fuerzas en Dios. Cuando el miedo grite a tu oído palabras de temor y desesperanza, declara las promesas de Dios sobre tu vida. Aquel que nos llamó es también el que nos guarda. Él es fiel a sus promesas. Todos sus propósitos se cumplirán en nuestra vida. Viene el renuevo de Dios para tu casa, para tu vida y tu familia. En tu negocio, en tu trabajo, el renuevo de Dios lo transforma todo, creando aquello que no es por medio del poder de su Palabra.