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LA FE SOBRENATURAL
(Mateo 15:21-28)
La FE sobrenatural es la fe que viene de Dios para lograr lo imposible cuando ya no hay salida. En el libro de Éxodo, vemos al pueblo de Israel siendo alimentado por Dios de manera sobrenatural en medio del desierto. Los alimentó con carne y maná del cielo. Hizo fluir agua de la roca para saciar la sed de su pueblo. Dios es un Dios de amor, y cuida de su pueblo. El (Salmo 23:5) dice: “Aderezas mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebozando”. Dios tiene preparado un banquete para ti. En medio del desierto, allí en el momento de mayor necesidad, cuando se cerraron todos tus caminos, y todas las posibilidades naturales se acabaron, allí entra en escena el Dios de lo imposible.
Hoy Dios te pregunta: ¿Cuál es tu necesidad? Quiero que me conozcas, yo soy tu proveedor. En el libro de (Éxodo 3:14), Dios se le revela a Moisés como el gran YO SOY. Éste es su nombre. En otras palabras, Dios nos está diciendo: cual sea tu necesidad, o la situación que estés atravesando en tu vida, clama a mí que YO SOY aquello que estás necesitando. Con éste nombre, Dios revela su carácter atemporal. Él es el Dios del pasado, del presente, y del futuro. Dios está en control de todas las circunstancias, no importa cuán difícil haya sido tu vida, o cuán tremenda sea la situación que estás atravesando ahora en el presente. El gran YO SOY está en control de todas las cosas, y está esperando que alguien con FE sobrenatural clame al cielo para recibir una intervención divina.
En el libro de Mateo capítulo 15:21-28, vemos la historia de la mujer cananea que clamaba a gritos por Jesús. Esta mujer, tenía una hija que era atormentada por demonios. Seguramente su casa era un infierno de día y de noche, porque cuando la oscuridad gobierna la vida de una persona, destruye todo lo que está a su alrededor. Los discípulos querían que Jesús despidiera a esta mujer, porque los venía siguiendo dando gritos. Pero la mujer cananea no se dio por vencida, hizo a un lado su orgullo y logró presentar su carga a Jesús. Ella se postró delante de él, diciendo “¡Señor, socórreme! Respondiendo él dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora”.
Jesús se encontró con una mujer que tenía una FE sobrenatural. Ella creía que aún recibiendo una sola migaja del pan de vida, el infierno de su casa se iría para siempre. Fue tal la fe de ésta mujer que Jesús se sorprendió, y en esa misma hora su hija fue sanada. Hoy Jesús viene a nosotros y nos dice: “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí, nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás” (San Juan 6:35). Dios tiene una mesa tendida para sus hijos. No son migajas, Dios tiene un banquete preparado para que te sirvas de su abundancia. ¿Qué es lo que está necesitando tu vida?, ¿cuál es tu clamor?; quizás tu situación actual sea tan desesperante que te encuentras como la mujer cananea pidiendo de rodillas ¡Señor, socórreme! Ten paz. Dios está a tu lado. Él es aquel que trae paz en medio de la tormenta. Él es el gran YO SOY. No importa cuál sea tu necesidad, el pan de vida puede y quiere suplirla. Dios no tiene migajas para sus hijos, Él tiene un banquete de abundancia listo para ti. Sólo está esperando que se acerque alguien con FE sobrenatural, esa FE que no se detiene ante los obstáculos, que desafía aún los límites de la razón, y rompe los moldes de lo convencional para alcanzar la meta.